El juez y la Fiscalía Anticorrupción sólo quieren en realidad saber dos cosas: qué trabajo realizaba Modesto Crespo que le hiciera merecedor de 300.000 euros anuales (cuando hasta ese momento ningún presidente de la caja había cobrado un céntimo) y por qué le pagaron seis meses con carácter retroactivo. Dos cuestiones que ayer, segundo día de comparecencias de los miembros del consejo de administración de la CAM imputados por haber aprobado estas dietas, volvieron a quedar sobre la mesa a la espera de una explicación que convenza al magistrado Javier Gómez Bermúdez, instructor de esta pieza separada, y a las acusaciones.
Después de las declaraciones del martes, donde ninguno de los tres vicepresidentes de la entidad fueron capaces de precisar por qué el empresario ilicitano resultó agraciado con estas suculentas dietas, la jornada de ayer no fue, en lo tocante a este punto, mucho más clarificadora. El secretario del consejo José Forner, quien inició la ronda de comparecencias, sólo acertó a atribuir al entonces director general Roberto López Abad la paternidad de la idea de fijar la remuneración. Un abono cuyo carácter retroactivo, precisó, le extrañó tanto al verlo reflejado en la preacta de la reunión del consejo donde se acabó aprobando que llegó al consultarlo con López Abad, quien le respondió que a Crespo se le pagaba «por lo que había hecho y por lo que iba a hacer», según coincidieron en señalar varias fuentes presentes en la declaración.
«Es lo que dijo»
No fue esa la única ocasión en la que Forner se escudó en López Abad ya que tuvo que volver a hacerlo cuando el magistrado le preguntó por la necesidad que había de nombrar a Crespo presidente del consejo de administración de Tinser Cartera, la participada a través de la que cobraba, si era cierto que ya venía desempeñando ese trabajo desde seis meses antes, los que cobró con carácter retroactivo. «Es lo que dijo el director general», sólo pudo responder Forner, a quien la tensión se le notaba hasta en el modo de caminar.
Al margen del autoría intelectual de las dietas, Forner mantuvo ante el juez que el asunto se llevó para su aprobación al consejo de administración, en contra de lo que el martes mantuvieron dos de los tres vicepresidentes de la CAM, Armando Sala y Ángel Martínez, y reiteró poco después en la misma sala Natalia Caballé, la otra consejera citada para ayer después de que Aniceto Benito, que también había sido convocado, haya solicitado declarar por exhorto por motivos de salud.
Caballé, que apenas estuvo ante el magistrado diez minutos frente a casi la hora que se prolongó la declaración de Forner, aseguró que las dietas nunca se llevaron al consejo (aunque posteriormente aparecieron reflejadas en el acta que ningún consejero leyó pero todos aprobaron). Y que ella se enteró de lo que estaba cobrando Crespo por la Prensa unos días después de la intervención de la caja por el Banco de España, cuando ya llevaba alrededor de año y medio percibiendo las dietas, además de los seis meses que cobró por el tiempo transcurrido entre su elección como presidente de la caja y su nombramiento en Tinser.
Tampoco la respuesta a cuál era exactamente la aportación de Crespo a la sociedad de la que cobraba fue muy precisa. Que era un hombre relevante en la sociedad alicantina porque había sido presidente de los empresarios y de la institución ferial alicantina y que por eso se le pagaba, señaló Forner sin entrar en más detalles. Lo que sí quiso dejar claro es que existía un acta de la comisión de retribuciones que avalaba el pago de estas dietas que, reiteró, fueron propuestas por López Abad al consejo de administración.
