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Los empresarios que llevaron a la CAM y a Bancaja hasta el Caribe

Ferri y Baldó supieron valerse de la rivalidad entre las entidades de la Comunidad para levantar un emporio

Olivas en México, en 2008, presentando Grand Coral M.A. MONTESINOS

«No tiene complejos ni reparos, le da lo mismo invertir en hoteles que en naranjos mientras tenga claro el negocio. Y si no funciona, a otra cosa. Es un auténtico tiburón». Así describe un importante hotelero benidormense a Juan Ferri, el empresario que junto a su inseparable socio José Baldó, y los exdirectivos de la CAM Roberto López Abad, Daniel Gil Mallebrera y César Véliz son los principales imputados en la «Operación Mar Nuestro», donde se les acusa de ocultar al fisco español decenas de millones de euros al facturar los ingresos de los hoteles que adquirieron en el Caribe a través de una sociedad pantalla en el paraíso fiscal de Curaçao.

Muchos se sorprenden ahora de que Ferri y Baldó fueran capaces de convencer a los responsables de la caja alicantina para invertir cientos de millones en México y República Dominicana a través de Valfensal, la filial que crearon ex profeso para la ocasión, pero lo cierto es que hubo un momento en que la CAM tuvo que competir con Bancaja por las atenciones de los dos empresarios, deseosas ambas entidades de participar en el maná que les prometían en plena burbuja inmobiliaria.

Los propietarios de Mar Confort se dejaron cortejar y fueron salomónicos en su decisión: las inversiones hoteleras las reservaron para la alicantina y con la valenciana harían los desarrollos inmobiliarios residenciales. Siempre discretos y en segundo plano, fue el presidente de Bancaja José Luis Olivas quien se encargó de presentar a bombo y platillo los tres proyectos que pretendían llevar a cabo, para los que compraron 2,3 millones de euros en Playa Paraíso, en la Riviera Maya, casi 13 millones de metros en la zona de Los Cabos, en Baja California, y una parcela en Cancún para albergar tres torres.

Según se dijo entonces, la inversión podría alcanzar los 2.000 millones, aunque la caja sólo llegó a desembolsar unos 200, y se publicitó como el mayor proyecto inmobiliario de México bajo el nombre de Grand Coral. El propio Banco de España advirtió años más tarde, en 2010, del excesivo riesgo que la entidad había adquirido con los dos primeros proyectos y le obligó a provisionarlos en previsión de la pérdidas que iba a sufrir. En especial en Baja California, donde las protestas de los ambientalistas amenazaron desde el principio el negocio. Bankia no pudo ayer confirmar si sigue siendo propietaria de los suelos o si son parte de los activos que traspasó a la Sareb.

Los celos de López Abad

En cualquier caso, la decisión de Juan Ferri y José Baldó no sentó nada bien al entonces director general de la CAM que, en un correo localizado durante la auditoría realizada por Deloitte, se quejaba amargamente de la traición a su hombre de confianza, Daniel Gil. «Sabíamos muy poco. Nos han ido manejando con diferentes posibilidades del proyecto para, al final, nada», señalaba en el documento. La reacción fue aliarse con Hansa Urbana para comprar también millones de metros cuadrados en un erial en Baja California, en lo que supuso una de las decisiones más ruinosas de la caja y que el Sabadell, adjudicatario de la entidad tras su intervención, aún trata de enderezar.

Pero, ¿de dónde surge el grupo Mar Confort? ¿Cual es la historia de sus dos socios principales? Sus orígenes poco tienen que ver con el negocio hotelero. La incursión de Juan Ferri, natural de Callosa d'En Sarrià, en los negocios se produce como socio de la empresa de alquiler de vehículos Centauro. En un momento dado en los ochenta decide abandonar esta sociedad y, con el dinero obtenido, se dedica a la construcción, levantando numerosos edificios en Benidorm y l'Alfàs. Ya estaba con él José Baldó que, desde entonces no se ha separado de Ferri.

Salto al negocio hotelero

El desembarco en el negocio hotelero y su primer contacto con la CAM se produjo en medio de otra crisis, la que sacudió a España en los años noventa. Como consecuencia de la recesión acabaron en manos de la caja el apartotel Flamingo y el Hotel Mónaco de Benidorm y Ferri y Baldó decidieron comprarlos. Es el germen del grupo que hoy en día opera dos marcas -Sandos y Mar Confort- y posee 14 establecimientos en España y México.

Desde aquel primer negocio pasaron unos años hasta que en 1999 volvieron a reunirse los caminos de los empresarios y la entidad a través de un crédito para financiar la urbanización de unos terrenos en l'Alfàs. Una operación que dirigió el entonces director de zona, Agustín Llorca, que llegaría a ser director general adjunto de la CAM. En 2001 la caja también les prestó dinero para reformar el Mónaco, fue la oportunidad para profundizar las relaciones con el recién nombrado primer ejecutivo de la caja Roberto López Abad al que, en 2004, le ofrecerían crear Valfensal para conformar un nuevo grupo hotelero en el Caribe.

Por el camino, los dos socios no le han hecho ascos a otro tipo de negocios y llegaron a poseer una empresa agroalimentaria en Murcia y forman parte también del accionariado de los hospitales privados IMED, en los que igualmente participaba Bancaja, ahora Bankia.

En el mundo empresarial se les reconoce la habilidad para rentabilizar cualquier proyecto y también aseguran que son buenos gestores. Eso sí, muchos no están dispuestos a asociarse con ellos porque, aseguran, «ellos siempre ganan más».

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