Verano de 2007. El equipo femenino del Club Balonmano Elche arranca con ilusión una nueva temporada, con el objetivo de bajarse del ascensor en el que llevan subidas cuatro cursos, en los que la entidad ha enlazado dos descensos (2003-04 y 2005-06) con sus respectivos ascensos a la máxima categoría (2004-05 y 2006-07). Quién les iba a decir a aquellas jugadoras que, casi década y media después, iban a seguir siendo un ejemplo de estabilidad.

Estabilidad y supervivencia. No hay palabra que defina mejor la historia reciente de las «guerreras» ilicitanas, capaces de aguantar las sucesivas crisis que han azotado al deporte menos mediático en los últimos años. Se han cansado de ganar, pero el mayor agotamiento ha llegado por la incertidumbre de cada temporada alrededor de la economía de la entidad. Han ido y venido patrocinadores, apoyos, promesas institucionales... Lo que se ha mantenido estable ha sido el trabajo y la competitividad. Las ilicitanas llevan 13 temporadas consecutivas en la élite del balonmano femenino nacional. En la ciudad de las palmeras son referente de longevidad, superando por ejemplo las 12 temporadas que el equipo de fútbol masculino militó en Primera División entre 1959 y 1971.

Este no es un dato baladí. No hay más que mirar a su alrededor, en 2007 y en 2020. En todo este tiempo, solo otros dos clubes femeninos aparte del Elche se han mantenido en División de Honor, sin descensos ni desapariciones: el Gran Canaria, que lleva en la máxima categoría desde 1989, y el Bera Bera, que ascendió un curso más tarde. Por el camino se han quedado históricos como el Itxako (disuelto en 2013) y el Sagunto (desaparecido un año antes) o referentes provinciales como el Elda, que descendió en 2012, o el Alicante, que lo hizo dos campañas después.

En plena fase de madurez, mental y competitiva, el Elche dirigido por Joaquín Rocamora vive días felices en la Liga Guerreras Iberdrola. Este viernes (21.00, tdp) afronta un partido ilusionante contra el Liberbank Gijón instalado en la segunda posición de la tabla. Las franjiverdes suman 22 puntos, a cuatro del líder Bera Bera. Una clasificación que si no está más apretada es por cuestión de décimas de segundo, de una negligencia arbitral o de la ausencia de tecnología en la Liga, como quieran llamarlo. Si en aquel final con polémica en la cancha del Bera Bera, que marcó el gol del empate con el tiempo cumplido, hubiesen otorgado la victoria a las ilicitanas, la diferencia sería menor.

Pese a ello, no es cuestión de buscar polémicas donde debe primar el elogio a la temporada del Elche. Más aún tras la incertidumbre del verano. La ausencia de un patrocinador alimentaba unas dudas en torno al proyecto que aumentaron tras un irregular inicio de campaña, que de algún modo enlazaba con la mala racha final del curso anterior, cuando las franjiverdes se vieron fuera del partido por el título de Copa de la Reina en la prórroga y luego perdieron fuelle en laLiga. Sin embargo, la catarsis no tardó en llegar.

El Elche ocupa la segunda posición de la tabla porque lleva 10 jornadas seguidas sin conocer la derrota. Las franjiverdes han enlazado en este tiempo ocho triunfos y dos empates, una racha que solo supera el invicto Bera Bera. En este tiempo han sucumbido ante las ilicitanas Porriño (26-20), Tenerife (25-26), Granollers (28-25), Valladolid (18-21), Gran Canaria (33-29), Málaga (23-27), Zuazo (24-19) y Alcobendas (17-26), mientras que sólo Bera Bera (25-25, con aquel polémico final) y Atlético Guardés (24-24) han sido capaces de birlar algún punto a las «guerreras» de Rocamora.

Con el triunfo en Alcobendas del sábado pasado (17-26), el club ilicitano hizo historia al batir su mejor racha sin perder, superando los nueve partidos sin hacerlo del curso pasado entre las jornadas 6 y 14. Entonces, las franjiverdes empataron con el Gijón y luego ganaron de manera consecutiva a Valencia, Zuazo, Bera Bera, Alcobendas, Málaga, Morvedre, Atlético Guardés y Castellón. La racha tocó a su fin con una goleada en Gran Canaria (34-25).

¿Dónde esta el techo de las ilicitanas? Jennifer Gutiérrez, Laura Hernández, Ana Isabel Martínez, Ivet Musons, Katia Zhukova y compañía tienen el ejemplo del histórico equipo de la 2012/13, que acabó subcampeón de Liga, por detrás del Bera Bera. La propia Martínez fue una de las sensaciones de aquella campaña, ya que acabó en sexta posición en el ránking de goleadoras. Las franjiverdes realizaron un campeonato impecable, sin perder en las últimas siete jornadas y enlazando otra racha al inicio de curso de ocho victorias seguidas que las hizo soñar con el título. Al final terminaron a dos puntos de las vascas y el premio fue jugar en Europa el curso siguiente, eliminando al Dudelange luxemburgués y cayendo frente al potente Astrakhanochka ruso. Para volver a viajar por el Viejo Continente basta con acabar este año entre las cuatro primeras: las campeonas van a la Champions League, las subcampeonas a la EHF Cup y las otras dos a la Challenge Cup.

Siete años después, otro grupo de «guerreras» están dispuestas a librar la misma batalla. Con patrocinador o sin él. En el vestuario del Club Balonmano Elche femenino no existe la palabra crisis. Solo conocen la ilusión. La misma con la que este viernes saltarán a la pista del pabellón Esperanza Lag con el objetivo de derrotar al Liberbank Gijón (precisamente su último verdugo hasta la fecha, 30-25 en tierras astures) y dar un nuevo paso hacia la historia.