La pareja española de vóley playa formada por la benidormense Liliana Fernández y Elsa Baquerizo, que ya participó en los Juegos de 2012 y 2016, afronta con la misma ilusión pero con más experiencia una temporada en la que sueñan con colgarse una medalla en Tokio 2020, cita olímpica para la que ya están clasificadas.

Tanto en Londres 2012, donde debutaron como olímpicas, como en Rio 2016, la alicantina y la madrileña accedieron a los octavos de final y concluyeron la competición en novena posición.

Lili y Elsa acudirán a Tokio con la misma ilusión que en las ediciones anteriores, pero con una mayor experiencia. «Recuerdo que en Londres me salía la emoción por los poros de la piel. Todo era superemocionante, todo era nuevo. Ahora voy a Tokio con la misma ilusión porque son unos Juegos y son especiales, pero con más calma porque ya sé lo que me espera, voy más preparada», aseguró Liliana Fernández a PracticoDeporte, tras la firma de su nuevo patrocinio con Herbalife Nutrition, dedicado a promover un estilo de vida saludable.

De hecho, con la clasificación ya sellada, la dupla alicantino-madrileña tendrá tiempo de preparar la cita a conciencia y acudir a la capital japonesa en su mejor estado de forma.

«Vamos a jugar la mayoría de los torneos porque es a lo que nos dedicamos. Lo importante es competir y nosotras sabemos que cuanto más competimos, más ritmo cogemos y mejor jugamos. Por eso casi siempre los mejores resultados están a final de temporada. No vamos a ir una semana a China y la siguiente a Brasil porque no nos hace falta, pero vamos a jugar todo lo que se pueda», reconoció la alicantina.

Dos realidades muy diferentes

Tras 12 temporadas juntas, ambas aseguran que han evolucionado positivamente, «tanto a nivel físico y mental, como personal». Sin embargo, pese a pasar tanto tiempo juntas y compartir tantos momentos, la realidad que vive cada una de ellas fuera de la arena es muy diferente.

«Compartimos el tema de los entrenamientos, el gimnasio, el estilo de vida, la alimentación y el descanso. En ese sentido, todo eso es muy parecido. Luego ya Lili, como tiene el torbellino en casa, no sé como lo hace», aseguró Elsa Baquerizo en referencia a la maternidad de Liliana.

«Ahora tenemos las sesiones de playa más concentradas para yo poder dejar, recoger a Saúl [su hijo] y luego atenderlo. Y está todo más comprimido, entonces desgasta mucho más que antes, que entrenaba, comía, dormía la siesta, un lujo que sí tiene Elsa», añadió Lili.

Además, reconoció que, con tanto viaje, estar lejos de su hijo se le hace complicado, pero sabe que esta es una de las partes duras de compaginar el deporte de alto rendimiento con la maternidad: «Si tengo que viajar e irme, es lo que manda el entrenador y el equipo. Si puedo permitirme, dependiendo del país, que vengan mi marido y mi hijo, para no estar tanto tiempo lejos de ellos, porque la verdad es que se me hace durísimo, pues lo intento. Pero la mayoría de las veces viajamos solas con el entrenador porque económicamente está salada la cosa».

Sin embargo, en Tokio sí estarán acompañadas por sus familiares. «Como ya nos hemos clasificado está todo comprado. Ya lo pagaré cuando llegue la factura, pero a Tokio vamos todos. Sabiendo que es Tokio, que el billete es caro y que el alojamiento estaba subiendo un montón, tuvimos la suerte de clasificar pronto y poder cogerlo con antelación para que nos acompañen los familiares», señaló la jugadora de Benidorm.

A su vez, su compañera mantiene que no se ponen límites en los Juegos y que confían en subir al podio olímpico. «Soñamos y aspiramos a una medalla. Vamos a darlo todo, pero aquí también influye mucho la preparación que tengamos de antemano y la suerte. Porque todas las parejas buscamos lo mismo. Si podemos mejorar lo que hemos hecho hasta ahora, pues mejor, pero sobre todo queremos vivirlo bien y disfrutarlo porque es un torneo muy emocionante».