Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Liliana Fernández: «No me vale con la clasificación, en Tokio 2020 busco algo más, ojalá la medalla»

Su nombre está ya escrito con letras doradas en el libro alicantino de los Juegos Olímpicos - El pasado fin de semana sacó el billete para su tercera cita con los anillos más deseados del deporte

Liliana Fernández: «No me vale con la clasificación, en Tokio 2020 busco algo más, ojalá la medalla»

Los Juegos Olímpicos dan voz cada cuatro años a deportes silenciados por la repleta agenda de las disciplinas ponderantes. El vóley playa sigue siendo uno de esos deportes arrinconados, aunque la alicantina Liliana Fernández Steiner (Benidorm, 1987) se empeña en alzar la voz a base de un éxito tras otro. Lo inverosímil es que lo haga ahora con once meses por delante todavía hasta que llegue la nueva cita olímpica, la de Tokio 2020, para la que la benidormense ya tiene billete asegurado. Lo obtuvo el pasado fin de semana al adjudicarse el preolímpico de China junto a su inseparable pareja Elsa Baquerizo. Con más antelación que nunca, con más ambición que nunca.

¡Los deberes hechos a once meses vista!

La verdad es que estamos muy contentas, tener la plaza ya es algo increíble. ¡Imagínate! Yo ni me lo creo todavía.

Porque lo normal era haberlo resuelto en la próxima primavera, ¿no?

Claro, lo que ha pasado siempre. Lo habitual y lo que habíamos hecho en los otros dos Juegos era clasificarnos por ránking y eso se cierra a mitad de junio.

Pocas parejas tendrán ya el billete para Tokio...

De hecho, hasta antes del preolímpico, solo una. La campeona del mundo, que está clasificada desde el Mundial, que fue el pasado mes de julio.

Una manera inmejorable de debutar en este nuevo formato.

Pues sí, llegamos a China a tantear un poco el torneo, que era la primera vez que se hacía. Evidentemente queríamos intentar ganarlo para ir a Tokio, pero era una competición difícil con 16 equipos y muchos partidos. Pero fueron pasando los días y mira dónde estamos.

Ahora, el descanso del guerrero.

Poco tiempo (risas). Tengo una semana solo, de hecho estoy en el aeropuerto. Me cogéis camino a Tenerife, donde tengo ahora mi casa. Estaré unos días con mi marido y mi hijo y quizás me escape a Benidorm a ver a mis padres, allí tengo toda la familia.

¿Cambia mucho toda la temporada ahora que ya estáis clasificadas para Tokio, que era el gran reto?

Bueno, algo seguro que trastoca. Pero vamos a seguir compitiendo igual. La ventaja que tenemos es que ahora no estamos obligadas a jugarlo todo para seguir arriba en el ránking porque ya tenemos el billete.

¿Cuál es el próximo torneo que tenéis en mente?

En noviembre tenemos un torneo cuatro estrellas, pero aún está en el aire por temas de calendarios. Iremos viendo, pero no hay tregua.

¿Se había imaginado participar en tres Juegos Olimpicos?

Es un honor tremendo y sobre todo por hacerlo al lado de Elsa, es muy especial porque llevamos muchos años juntas.

Solo una alicantina, Isabel Fernández, fue más olímpica que usted, con cuatro ediciones.

Es todo un orgullo. Cuando se acabaron los Juegos de Londres 2012 pensé que nunca más iba a vivir algo así porque no es nada fácil llegar. Y luego llegó Río y ahora Tokio. Mi sueño era ir a unos Juegos y voy a ir a tres, imáginate.

¿Qué tendrá de especial Tokio 2020?

Pues mira, que vamos con nuevo entrenador, Sebastián Menegozzo. Van a ser sus primeros Juegos y será muy emocionante vivirlo todo de cero con él.

¿A qué aspiran el próximo verano?

Pues la idea es buscar algo más. A mí no me vale con la clasificación, hay que superar lo que hemos hecho en los otros dos Juegos, que caímos en octavos.

¿Sueña con una medalla, sea cual sea?

¡Uf! Claro que sí. Todos soñamos con las medallas, pero muy poquitos se las llevan. Ojalá consigamos alguna.

Este éxito de ir a Tokio es todavía mayor porque debió parar a mitad del ciclo olímpico para ser madre.

Sí. Fui madre hace un par de años, aunque no dejé de entrenar demasiado. Hasta el octavo mes de embarazo seguí haciendo deporte, quizás no tan intenso, pero me mantuve tocando balón y en el gimnasio. Yo tenía claro que quería ser mamá pero también volver a competir.

Y Elsa le esperó.

Por supuesto, mi compromiso era que me iba para regresar. Estuve parada después de ser madre, pero a los seis meses ya estábamos compitiendo juntas. En ese tiempo ella jugó con otras parejas y quizás fue también una etapa de aprendizaje porque eran más jóvenes y debía adquirir más responsabilidad. Pero teníamos un pacto de volver a juntarnos.

¿Qué espera con más ganas de los Juegos Olímpicos?

Allí todo es especial. Solo con entrar en la Villa Olímpica, convivir con otros atletas... Y eso que nosotras nos pasamos todo el año viajando de un país a otro, pero unos Juegos son especiales. Tienen una repercusión impresionante, todo el mundo está pendiente y por una vez los deportes minoritarios centran toda la atención.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats