Era cuestión de tiempo -ha pasado casi una década-, pero también de voluntad. Y de generosidad. La de alguien que está dispuesto a volver al espejo menguante del club que le abrió las puertas del éxito para ponerle pies de plomo después de culminar un proceloso tránsito de refundación. Pedro Llompart retorna con 37 años, con la misma ilusión y energía de siempre, después de ser reconocido en todos los lugares en los que ha disfrutado con el basket, de haber sido un base cerebral, elegante, valiente, y lo hace al mismo punto que la primera vez que pisó el CT: la LEB Oro. En aquella ocasión, con los balances contables saltándose cualquier tipo de decoro, consiguió ascender con el Lucentum a la ACB, arrebatándole a Berni Hernández la batuta del equipo en el tramo más importante de la temporada. Fue su consagración después de un periplo desafortunado en el Pamesa Valencia. Llompart tiró la puerta abajo, se despojó de las cadenas emocionales que costreñían su enorme talento y explotó. Se convirtió en un director de juego efervescente. Junto a Txus Vidorreta formó un tándem perfectamente afinado, plasmando sobre el parqué el abanico infinito de opciones tácticas que guardaba en su pizarra el mejor entrenador que ha dirigido al ya extinguido Lucentum.
«Estoy muy ilusionado con la idea de volver a la que considero mi segunda casa y me tomo mi regreso como un reto muy importante en mi carrera. Viví una época muy buena en Alicante. El club y la afición me ayudaron mucho a crecer como deportista. Hoy ha llegado el momento de devolverle a Alicante lo mucho que me brindó», explica el base balear, que nunca ha perdido el vínculo con la ciudad por sus lazos familiares.
Llompart se despidió ayer a través de su perfil en Twitter de su último equipo, el Pallacanestro Reggiana de la Lega 1. Allí llegó como temporero y se ganó la renovación con su sólida aportación, la que le permite llegar a los equipos sin hacer ruido y terminar adueñándose de la titularidad. El HLA ya tiene líder dentro de la cancha... y el señor Rivero lo sabe muy bien.
