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Los potros doman el Low

Los británicos Foals encienden uno de los grandes escenarios en la primera jornada del festival, que conjugó la escuadra indie nacional, el rock sin complejos de grupos emergentes y la electrónica - Hoy se espera un lleno total con New Order

Con el termómetro por encima de los 30 grados, centenares de pandillas -al Low se va con los amigos- dispersándose hacia los amplios espacios de la Ciudad Deportiva Guillermo Amor, que horas después ocuparía una oscura y sudorosa masa, la humedad del ambiente subiendo, pese a las amenzantes gotas de lluvia, el DJ alicantino Impulse Spy abría ayer en el escenario Energy, con puntualidad prebrexit y bajo un cielo plomizo, la undécima edición de un festival al que le son fieles cada año 25.000 personas, de los que miles compran su abono para el año siguiente nada más acabar, sin saber quiénes se subirán a los escenarios.

El Low se debe al indie, nacional o de la Gran Bretaña y alguna otra potencia, al baile y a la electrónica y por ello no defrauda a sus fieles, aunque les pongan un cabeza de cartel que ya pasó por allí hace cuatro años. Por eso Impulse, el dj residente en el Söda al que le tocó pinchar a las 18:30 horas el primer tema del festival ahondó en ese bucle: Varry Brava, Monterrosa, Mastodonte... artistas que sonarán a lo largo de estos tres días.

El producto nacional, la escuadra indie de Dorian, Miss Caffeina, New Raemon o Zahara atrajo a centenares de lowers al Escenario Benidorm, pero sin lugar a dudas, el plato fuerte de la primera jornada del festival fue la actuación de los británicos Foals al filo de la medianoche. Los de Oxford no defraudaron y reeditaron su magisterio, que muchos calificaron de cum laude, de repetidores con nota.

Con los reflejos de las luces del skyline enfrente, la banda liderada por Yannis Philippakis demostró que sabe lucir más alto y más fuerte en esta clase de eventos multitudinarios. Tras un inicio de sesión titubeante con temas de medio tiempo, es difícil mantenerse quieto ante singles redondos como Inhaler, My number o Two steps, twice. La catarsis llegó, como ya viene siendo habitual, con el inicio de la fulminante What when down, en la que Philippakis, líder y vocalista de origen griego, arengó a las masas con una buena dosis de rabia vocal sobre una densa capa de guitarra atronadora y una contundente línea de bajo.

Con cuatro discos a sus espaldas, los Foals (potros en castellano) presentaron canciones del que es su último trabajo Everything not saved will be lost. Se trata de un doble albúm con dos caras de una misma moneda, una que se estrenó el pasado mes de marzo y otra que verá la luz en otoño. Un lado A bailable, en el que priman los sintetizadores, que contrasta con una segunda parte más rockera y oscura. El sonido de la banda se aleja con su nuevo disco de referencias como Radiohead para acercarse más a los Depeche Mode de Violator. Sin embargo, cortes como On the Luna se encargan de recordarnos que las guitarras todavía tienen mucho protagonismo, sin dejar del lado la aclamada Exits: «Estamos en un mundo al revés/El clima está en nuestra contra, construimos casas clandestinas y flores boca abajo/Ahora el mar se come el cielo...» clama Philippakis sobre nuestro divorcio con la naturaleza.

Los británicos fueron los grandes triunfadores de la jornada inaugural del Low Festival, al cierre de esta edición, porque al filo de las 2 de la madrugada descargaba el segundo headliner del viernes, los Bastille de la pegadiza Happier.

Dorian cumplió, como siempre, y con la inauguración del escenario Vibra Mahou y se apuntó el primer lleno de la noche pese a un directo de baja intensidad.

The New Raemon, bajo una ligera lluvia, Mucho, Zahara, Ladytron y Miss Caffeina dieron forma al escenario Benidorm, que también estuvo repleto de gente toda la noche. Los Caffeina, ejemplo de grupo ascendente a la velocidad del sonido, salieron a las 3 de la madrugada, previsiblemente ante una audiencia masiva, dispuestos a verificar que no solo viven de Mira como vuelo: la prueba son temas como Prende o Reina.

Como es habitual, el escenario Jägermeister apostó por grupos emergentes que, a lo mejor, en próximas ediciones, los vemos subiendo peldaños en el cartel, como el pop de tintes ochenteros de Camellos (Arroz con cosas), los valencianos Los Invaders y su rock pegadizo con toques electrónicos (Jekyll and Mr Hyde), el dúo madrileño His Majesty The King, unos apasionados del ruido y las melodías inspiradas en bandas de los noventa; el trío malagueño de power pop y surf rock Airbag (Cementerio indie), los canarios Texxcoco y su rock alternativo salpicado de noise, punk, post-punk y garage (Disorder). Ese escenario congregó las esencias más rockeras de la primera jornada, en el que también hubo sitio para las chicas de Mourn o Nova Twins, porque el Low 2019, de manera discreta y sin el ruido montado por otro certámenes, también ha programado mucha escena femenina. Aquí no solo reina Zahara, una artista que no para de crecer, como demostró anoche con la puesta en escena del universo Astronauta, robando público a otros artistas a la misma hora, lease Foals, pues posiblemente está en su mejor momento construido con grandes canciones.

En definitiva una jornada con bandas españolas y foráneas asentadas, programadas para satisfacer al lower asiduo, y con un buen puñado de grupos emergentes, esas apuestas que el diletante de la música agradece, enmarcadas en la labor prescriptora del festival, que da paso a la gran jornada de hoy: su majestad los New Order, esencia del rock alrtenativo, la electrónica y la escena dance, una de las formaciones más aclamadas de los 80, supervivientes de décadas posteriores, un must be que se dice ahora y, porqué no, nostalgia que aquellos años de rutas discotequeras levantinas.

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