Entre 1770 y 1775, Balmis pasó por un periodo de aprendizaje profesional en el Hospital Militar de Alicante. Figuraba allí como practicante a las órdenes del cirujano mayor D. Ramón Gelabert, su maestro. Era una formación necesaria para acceder al examen como cirujano continuando la tradición familiar. Tanto su padre como su tío y su abuelo ya formaban parte de este gremio, al que también pertenecían su futuro cuñado y su futuro suegro. Sin embargo, lo que parecía vislumbrarse como una etapa vital tranquila se enturbió por la instauración del sistema de Quintas. Carlos III firmó la Real Orden de Reemplazo en noviembre de 1770, un sistema de reclutamiento obligatorio que ha durado hasta el año 2000, la famosa «Mili».

Libro de quintas, 1770

Balmis fue citado en aquella primera quinta, contaba 17 años de edad y fue tallado con una altura de «cinco pies, 3 pulgadas y cuatro líneas», lo que equivale a 1,61 metros, tal como invitábamos a adivinar en un capítulo anterior. Balmis consiguió ser excluido por dos razones: «ser practicante del Real Hospital de Militares de la ciudad, y por ser hijo único de padre impedido que libra su preciso sustento de su trabajo».

Libro de quintas, 1773

Nuevamente incluido como apto en 1773, aparece en el listado como Francisco Balmis de Antonio, Plaza de la Fruta, 20 años. El 30 de abril se ejecuta la diligencia de medida en el ayuntamiento de Alicante, siendo las tres de la tarde y actuando cómo médico Antonio Calpena y cirujano Tomás Mataix. Balmis es revisado con este resultado: «expuso ser hijo único de padre accidentado, y reconocido por los facultativos dijeron está reumatizado habitualmente y diminuto de vista, lo que le inhabilita poder con libertad trabajar en su oficio de sangrador por lo que se le dio por libre». Balmis intenta librarse como sea y el 3 de mayo amplía sus alegaciones apareciendo en una lista de excluidos «por encontrarse casado». Pero sufre un revés, lo incluyen de nuevo días después «por hacer declaraciones inciertas». La situación es grave, Balmis puede ser declarado prófugo e incluso encarcelado. La conflictividad durante esos años con motivo de las quintas fue altísima, los motines y tumultos se sucedían. Para las familias el sorteo era un momento de gran tensión, la suerte podía llevarse a sus hijos para no regresar más. Los fraudes y falsificaciones estaban a la orden del día y fueron un factor omnipresente en el proceso de reclutamiento. Los sobornos al encargado de tallar eran frecuentes y las autoridades también hacían trampas para librar a sus familiares. Balmis trabaja en el Hospital, está agobiado y se las ingenia de nuevo para quitarse esa presión.

La boda como excusa

El 21 de junio redacta una carta de su propio puño, cita sus anteriores alegaciones (padre enfermo) y expone que en el presente año (1773) ya ha solicitado dos veces ser excluido, pero añade que está casado «desde el día 30 de marzo, pues aunque su matrimonio fue celebrado después de la Orden de quintas, no fue en fraude de estas, ni por voluntad del exponente, si por efecto de instancia judicial hecho por Josepha Mataix, y apremio de cárcel que sufrió antes, llegando los esponsales y resistiendo dicho matrimonio. Ahora sucede habérsele vuelto a incluir en la clase de mozos sorteables estándolo ya en la de casado contra voluntad en fuerza de apremio, y sin poder asistir a su padre. Rendidamente se sirva no lo vuelva a incluir». El 8 de julio, «se declara que Francisco Balmis goza de exención».

Por primera vez aparece en un documento la figura de Josefa Mataix, que es hija del cirujano que interviene directamente en el expediente de Balmis. Josefa, nacida en 1745 es ocho años mayor que él. Cuando se casan en Santa María, Balmis tiene 19 años y Josefa 27. Dos años después nacerá su único hijo. La relación entre ellos será muy particular, vean el capítulo sobre los testamentos. ¿Hubo un acuerdo entre los padres? ¿Fue un matrimonio de conveniencia? «Se continuará...»

El cirujano Mataix

El suegro de Balmis, Thomas Mataix, era un alicantino, bautizado en la Iglesia de Santa María y nacido en 1715. Había contraído matrimonio en 1740 con Vicenta María Balaguer y se encontraba censado en 1754, entre las calles del pórtico de la Plaza de la Fruta hasta la Puerta del Muelle. El domicilio estaba compuesto por Tomás (40), Vicenta y seis mujeres más. Los Mataix vivían en el centro de la villa y se encontraban entre los miembros más conocidos de la sociedad alicantina. En el censo de 1770, Mataix figuraba como viudo (54). ¿Influyó su estado civil en la perentoria necesidad de casar a sus hijas