Hoy en día, cualquiera que tenga los pulgares ligeros para teclear en su móvil-Google la palabra Balmis. Al primer clic obtendrá en la Wiki la biografía de un médico y cirujano nacido en Alicante, que materializó un hito en la historia de la medicina durante el reinado de Carlos IV.

¿Por qué?

Segundo clic, porque fue el director de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, la primera expedición humanitaria internacional de la salud pública. En un largo viaje transoceánico llevó la vacuna contra la viruela a los territorios de la Corona española en Ultramar (América y Filipinas).

¿Cómo la llevó?

Utilizando niños como transportadores de la vacuna. El sistema era sencillo, en el puerto de partida se inoculó la vacuna en los brazos de dos niños. Al cabo de diez días, cuando se había formado una pústula en el punto de inyección, se tomaba una muestra que se inoculaba a otros dos niños y así sucesivamente. Se estableció, por tanto, una larga cadena infantil que, brazo a brazo, mantenía fresca y útil la vacuna.

¿Cuántos niños necesitó?

Inicialmente, 22 huérfanos colectados en distintos hospicios, la mayoría del orfanato de La Coruña. Posteriormente, a lo largo de todo el trayecto de la expedición, centenares de niños.

¿Cómo se vacunaba?

Al llegar a cada puerto de las muchas etapas y lugares visitados, las autoridades tenían orden de prestar ayuda a los expedicionarios. Solían anunciar su llegada de antemano para que acudiera la población. Se les esperaba con un doble dispositivo, un lugar adecuado para vacunar de inmediato a cuantos se acercaban, además de tener niños dispuestos con los que continuar la cadena en pueblos o ciudades próximos. Como resultado del largo periplo miles de personas fueron vacunadas.

¿Cuánto tiempo duró la expedición?

Al principio y considerando la partida el 30 de noviembre de 1803 y el arribo de Balmis a España en 1806, quedó fijada esa fecha. Pero no es así, los expedicionarios que tomaron la ruta sur (la expedición se dividió en dos) siguieron vacunando por la América meridional, al mando del subdirector José Salvany. Éste murió en Cochabamba en 1810 cumpliendo con su misión. Balmis además realizó otro viaje a México desde 1810 hasta 1813, para supervisar los resultados. Por tanto se acepta el intervalo 1803-1813. La expedición ha sido objeto de estudios de investigación y recreada en novelas o en el cine. El perfil de algunos protagonistas se presta a la literatura. Cuando parten de La Coruña, Balmis tenía 50 años, Salvany 25 y la Rectora de la Casa de Expósitos de La Coruña, Isabel Zendal, incorporada como enfermera cuidadora de los niños, tenía 32 años. Diferentes autores, además de realzar el carácter épico de la gesta, han sugerido conexiones amorosas en el trío para atraer la atención de sus lectores.

Llegados hasta aquí y tras apenas cinco clics, retomamos la figura de Balmis como personaje histórico.

El bicentenario es una magnífica excusa para darlo a conocer, porque hay un Balmis más allá de la expedición. Recuerden que todo no está en la Wiki y, como se decía en los textos de la época, «se continuará...»

El retrato de un señor que no era Balmis

No, esta imagen que ilustra el texto, a la derecha, no es la de Balmis. Pero se ha reproducido hasta la saciedad, en libros, artículos y páginas Web. Acompañada de una explicación que dice «grabado de Elías Corona». Poco se sabe de este dibujante que imaginó las facciones de Balmis. Muchos de sus dibujos aparecen en los famosos Cuentos de Calleja, durante el primer tercio del siglo XX. No fue, por tanto, contemporáneo de Balmis, se lo inventó. ¿Entonces, cómo era Balmis físicamente? Poco importa. Aunque se conoce por el acta del tribunal que lo examinó como cirujano en Valencia, que era de pelo castaño, con un hoyo en la barba y de buena estatura. Medía exactamente, según consta en el Libro de Quintas «cinco pies, tres pulgadas y cinco líneas». ¿Es mucha altura transformada en centímetros? Si nos escriben, les contestamos, si no, ya saben, Google, abierto 24 horas.