El angustioso y multipremiado corto Madre, de Rodrigo Sorogoyen, tiene como directora de arte a una alicantina, Lorena Puerto (Aspe, 1980), quien se siente parte de un trabajo ya reconocido que busca este domingo lograr el Óscar al mejor corto de ficción.
«Me hace muchísima ilusión y me alegraría mucho que se lo dieran por Ruy [Rodrigo Sorogoyen] y Marta Nieto [la actriz protagonista], porque sería un reconocimiento muy merecido», señala la alicantina, que también se alegra de que finalmente la Academia de Hollywood haya dado marcha atrás al anuncio de entregar este y otros premios durante las pausas publicitarias de la gala de los Óscar: «Me parece que era una medida para acortar la gala poco afortunada, me alegro de que hayan rectificado», apunta.
Afincada en Madrid, Puerto es licenciada en Bellas Artes por la UPV y titulada en Dirección de Arte por la ECAM, la Escuela de Cine de Madrid, donde coincidió con Sorogoyen. «Estudiamos juntos, somos de la misma promoción. Él estudiaba guion y yo dirección de arte, nos conocíamos todos porque éramos pocos por especialidad. Además, se hacen muchas prácticas en las que vas trabajando con casi todo el mundo», explica, y de ahí que la aspense también haya trabajado con el realizador madrileño en el corto El iluso y en su largometraje Stockholm, aunque en esta ocasión como responsable del vestuario, así como en la película larga de Madre, la continuación del corto -donde una madre divorciada descubre hablando por teléfono con su hijo que este está en peligro- que prevé estrenarse el próximo otoño.
«Para mí ha sido toda una oportunidad y una gran experiencia, muy intensa y muy bonita», apunta la directora de arte, que considera que el éxito de Madre reside en el «ritmo in crescendo muy potente que te va sobrecogiendo a medida que avanza. Es una situación límite dramática, a la que el espectador también se enfrenta junto a la protagonista, no te deja indiferente. Por eso funciona».
Respecto al rodaje, Puerto recuerda: «Lo grabamos en un fin de semana, un día de ensayo y otro de rodaje porque al ser plano secuencia requería una coreografía de cámara y actores que debía estar muy hilada. Era como una prueba un poco a contrarreloj, porque cada toma duraba lo que dura el corto y teníamos un numero de tomas limitado por la jornada de rodaje, que tampoco eran demasiadas».
De su trabajo con Sorogoyen, que fue uno de los triunfadores de la noche de los Goya con siete estatuillas para El reino, la alicantina reconoce que le gusta «mucho» cómo trabaja «porque tiene una visión de todo muy clara y cuando las cosas se complican, que en este trabajo se suelen complicar, consigue fácilmente llegar a una solución. Es muy resolutivo y eso es algo que se agradece y que yo admiro mucho, además de la energía que tiene para todo y la capacidad de trabajo».
La directora de arte, que además del sector audiovisual también ha trabajado en la escenografía teatral, explica que su trabajo consiste en «conseguir que el espacio tenga sentido en la historia. Además, a través de la arquitectura del espacio, de los elementos del decorado y de su funcionalidad dentro de la narración, de los colores y la composición, se puede potenciar ciertos aspectos. Son nuestras herramientas».
Responsable de la dirección artística de L'Alqueria Blanca entre 2009 y 2012, dice haber aprendido «muchísimo» de la experiencia: «Tuve la suerte de contar con un equipo de arte maravilloso con el que disfruté trabajando y que también me enseñó mucho». Gracias a ese trabajo «redescubrió» la provincia de Alicante, «sobre todo la zona de interior», recuerda, y cada cierto tiempo regresa a Alicante y Aspe.
