Más de medio millar de espectadores arroparon ayer a los galardonados en la noche de los Premios José Estruch, la tercera edición de estas distinciones instituidas por el Teatro Principal de Alicante y el Instituto Gil-Albert que, en nombre del profesor y director teatral alicantino, reconocen a los mejores autores, montajes e intérpretes que pasaron por el coliseo alicantino la pasada temporada.

La cifra, que aún no alcanza el lleno del teatro, superó al público asistente el año anterior a esta gala de entrada libre, que poco a poco va calando entre los alicantinos, y que creció en cantidad y en diversidad de números propios ofrecidos durante la ceremonia: tres actuaciones del Coro del Principal, dos de la Jove Companyia de Danza y dos de La Trócola Circo. Este año, además, se premió por primera vez al mejor espectador, Juan Antonio Benito Deleito, que no se perdió ni una función durante la temporada, y que subió al escenario acompañado de su hermano para recordar que «todos pertenecemos al mundo del teatro y yo he tenido la suerte de hacerlo como espectador».

El homenaje al teatro clásico de esta edición de los Premios Estruch lo representaron a las mil maravillas Yayo Cáceres y Álvaro Tato, de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Ron Lalá -reconocida con dos de los principales premios por su montaje y dirección de CervantinaCervantina, una aproximación a la escritura del genio del Siglo de Oro español- con un texto final de agradecimiento recitado al más puro estilo cervantino y con el recuerdo a «los comediantes» como «instrumentos de hacer un gran bien a la república», tal y como recoge la segunda parte de Don Quijote de la Mancha en uno de sus capítulos.

Cáceres, director de la obra que ha viajado por 18 países, comentó que esta semana tres personas en Madrid le hablaron de José Estruch «y como creo en la magia y no en la casualidad quiero creer que Estruch anda en las bocas de la gente y que dentro de unos años alguien lo recordará de la misma manera», señaló.

El autor Alfredo Sanzol, premiado por el texto de La ternura, inspirado en el teatro shakesperiano, declaró que la obra nació «como una fiesta y un homenaje a la tradición teatral, a las tramas y a los personajes» y agradeció recibir el premio junto a Juan Antonio Lumbreras, mejor intérprete de reparto por esta obra, quien lo dedicó «a los compañeros, porque con ellos soy mejor actor y persona» y a Sanzol «por dejarnos vivir en esta isla maravillosa».

Pablo Derqui, mejor intérprete de la temporada por su papel en Calígula, dirigida por Mario Gas, agradeció la llàntia elaborada por Susana Guerrero para estos premios, que él imaginó como un «bonito corazón», un premio que le «reconcilia con el oficio» y que pudo mostrar a su abuela, que estaba entre el público.

José Alberto Fuentes y Rafael Calatayud, de La Pavana, dijeron sentirse como en casa en Alicante, «nuestro segundo hogar» y recordaron que el primer premio de su larga carrera también lo recibieron en Alicante.Con el Coro del Principal -que sorprendió con un tema de Los Miserables cantando entre el público- se inició y concluyó una gala ágil y muy artística, presentada por la actriz Marina Torrecilla, que en su monólogo reivindicó con humor el «exhibicionismo» de actores y actrices.