El nuevo director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, ha defendido la necesidad de que la institución esté alejada de "las políticas coyunturales" y, en cambio, sí ejerza una "diplomacia cultural" con el resto de países europeos. Así lo ha manifestado García Montero en la última jornada de la reunión anual de los 70 directores del Instituto Cervantes en los cinco continentes, que durante cuatro días se ha celebrado entre Orihuela y Alicante y que le ha servido para estrenarse en el cargo, después de su designación hace una semana por parte del Consejo de Ministros.

"El Instituto Cervantes no puede entrar en las políticas coyunturales pero sí ejercer una diplomacia cultural hacia el resto de Europa, en las cosas que afectan a la vida de las personas", ha afirmado García Montero. El nuevo director ha asegurado que el Cervantes es una institución "de Estado" que, además, sale "muy rentable", ya que la mitad del presupuesto surge del propio trabajo docente y cultural del organismo, y únicamente supone "un poquito más de un euro" por español.

Según García Montero, por cada euro que aporta el Estado, la actividad del Cervantes hace que "se multiplique" gracias a una labor del personal de la institución que le hace sentirse "orgulloso".Tras agradecer al "azar" que su estreno haya sido en la tierra de Azorín, Gabriel Miró y Miguel Hernández, ha manifestado que el encuentro con los directores en el exterior le ha permitido "sumergirse por dentro de las aguas y aires de la institución", así como comprobar la "energía humana" y la "calidad y eficacia de las gentes del Cervantes" y "entender los retos a los que hay".

Ha señalado que continuará con "muchas de las líneas" marcadas por el anterior equipo directivo, que lideraba su "amigo" Juan Manuel Bonet, y se ha comprometido especialmente, "como mandan los estatutos", tanto en la defensa tanto del idioma que "articula a tantas naciones" como a las "culturas de las distintas nacionalidades y regiones que integran España". Ha apuntado que tiene avanzados los planes estratégicos para "la consolidación del diálogo entre todos los países hispanohablantes", así como los nuevos retos con Asia, Europa y el Magreb.

Durante estas jornadas con nueve sesiones a puerta cerrada, García Montero ha pedido "sinceridad" a sus directores y que le trasladen sus experiencias e ilusiones, y se lleva sus impresiones sobre asuntos como presupuestos y carencias en materia laboral.

Se ha hablado de multitud de cuestiones, desde la posibilidad de abrir un centro en Washington, a la toma de conciencia del papel que debe adquirir el pensamiento e idioma español en el Mediterráneo, por ejemplo en Grecia o en los países magrebíes.

Las nuevas tecnologías y las redes sociales también han sido objeto de debate sobre todo porque, en palabras de García Montero, actualmente se vive en un momento de "aceleración" en la que "cada día somos más manipulables" y nos expresamos "demasiado rápido", sin "pensar en lo que decimos antes de decir lo que pensamos".

Ha apostado por el "diálogo generacional" entre jóvenes y mayores para combinar el ansia de "inventar el mundo" con la experiencia y, así, evitar que las comunidades y la historia "se deshagan".

Entre los retos más inmediatos del Cervantes, en septiembre un simposio en Pekín sobre los intercambios culturales España-China, en noviembre un congreso sobre el español en Oriente Medio, en El Cairo, y avanzar en el congreso internacional de la lengua española en la ciudad argentina de Córdoba, en 2019, ha detallado el secretario general del Cervantes, Rafael Rodríguez Ponga, quien ha participado en el acto junto al vicepresidente de la Diputación de Alicante César Augusto Asencio.

Tras las conclusiones, García Montero ha firmado un convenio con el conseller de Cultura valenciano, Vicent Marzà, para potenciar el intercambio entre ambas instituciones, que se ha rubricado en la sede de Casa Mediterráneo en presencia del president de la Comunitat, Ximo Puig.

Puig ha manifestado que "las culturas españolas tienen la necesidad de estar más presentes que nunca en un mundo donde la globalización es una realidad" y ha añadido que "la diversidad no es un problema sino una suerte".

"Lo que tenéis por delante los directores del Cervantes es una gran tarea" para explicar la diversidad cultural y lingüística de España, con el fin de "recuperar afectos" porque, ha añadido, "las identidades están para sumar".

El conseller Marzà ha señalado que el convenio con el Cervantes será "un instrumento para llegar cada día más lejos" ya que es "importante que la Comunitat sea reconocida en el Estado y más allá", en un contexto en el que el sector cultural crea 60.000 empleos en las tres provincias.

Ha deseado que esta colaboración ayude a que "la capacidad cultural no se quede aquí y se pueda disfrutar en las sedes del Cervantes" mediante "la promoción de nuestra lengua y los autores" valencianos.