Los muros centenarios del Colegio Santo Domingo de Orihuela acogen desde ayer la reunión anual de directores del Instituto Cervantes, en la que el escritor y catedrático Luis García Montero se estrenaba como máximo responsable de la institución. Y lo hizo con el «compromiso» de máxima transparencia, respeto a «la independencia» de la entidad y una «actitud prudente y abierta»: antes de tomar cualquier decisión, desea conocer por dentro el Cervantes: «Yo vengo aquí a escuchar más que a hablar, prefiero pensar las cosas antes de decirlas», dijo ayer antes de la apertura oficial del encuentro.

Montero defendió en Orihuela la difusión de «las distintas lenguas y culturas que se integran en la nación española». Fue su primera intervención después de que el Consejo de Ministros lo nombrara el pasado viernes. Esta cumbre anual reúne en Orihuela y en Alicante a más de 70 directivos en España y en 60 centros en el extranjero. Es la primera vez que se celebra en la Comunidad Valenciana. Aquel 75 aniversario fue el que dio pie al Ayuntamiento de Orihuela a solicitar que el encuentro anual se realizara en la provincia de Alicante. Dos días en la capital histórica de la Vega Baja y otros dos en la ciudad de Alicante.

Para el Instituto, como buque insignia de la diplomacia cultural desde su creación hace 27 años, el reto está en ampliar su red de centros y adaptarla a las exigencias de los nuevos tiempos, según el también nuevo presidente del Consejo de Administración de la entidad, Juan Pablo de Laiglesia. Mientras se avanza en la apertura de nuevos centros en Senegal, Suiza y Corea del Sur y un Aula Cervantes en Costa de Marfil, el Instituto «debe hacer una apuesta decidida por la sostenibilidad y la calidad, reforzar la defensa de la riqueza patrimonial, cultural y lingüística de España y estrechar la coordinación con otros organismos de la acción exterior, como las consejerías culturales de las embajadas de España», apuntó.

El turismo idiomático y cultural centrará la última de las sesiones de trabajo que se celebran en el Colegio de Santo Domingo. Y es que en total, el cónclave cervantino se organiza en nueve sesiones, ya a puerta cerrada, en las que se examina en profundidad el funcionamiento, trabajo, problemas y retos del organismo como sus presupuestos, recursos humanos, comunicación, Iberoamérica o plan digital, entre otras temáticas. Las conclusiones se darán a conocer el próximo jueves.

Laiglesia avanzó algunas líneas de actuación, como «la firme apuesta por la iberoamericanización: El español es el gran activo de nuestra diplomacia, con el valor añadido de que lo compartimos con Hispanoamérica». La cultura, dijo, «es una prioridad absoluta de nuestra acción exterior», y la diplomacia cultural debe ser uno de sus vectores principales. La crisis, agregó, «ha afectado seriamente a nuestra imagen en el exterior, y por ello debemos incorporar la proyección cultural como elemento definidor de nuestra presencia en el exterior».

También en la rueda de prensa previa a la inauguración, el secretario general del Instituto, Rafael Rodríguez-Ponga, afirmó que el Cervantes es un organismo «cien por cien estatal que le sale muy barato al contribuyente», ya que más del 46 por ciento de su presupuesto lo obtiene con ingresos por matrículas, patrocinio y diversos productos y servicios.

El alcalde oriolano y el presidente de la Diputación coincidieron en que la reunión Anual de Directores consolidará Orihuela como capital cultural de la Costa Blanca. Emilio Bascuñana agradeció al Instituto su pleno apoyo al Año Hernandiano y su contribución para divulgar por el mundo el rico patrimonio histórico y cultural de la natal ciudad del autor de «Perito en lunas».

César Sánchez defendió el interés de la Diputación por fomentar el turismo idiomático en la provincia, una estrategia que está dando buenos réditos: en 2017 más de 50.000 alumnos extranjeros de español estudiaron el idioma en las universidades de Alicante y Miguel Hernández.

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Luis García Montero abre la reunión de directores de centros del Instituto Cervantes en Orihuela