A la tercera, no pudo ser la vencida. La NBC ha anunciado la cancelación de Hannibal, la serie televisiva que nos contaba las andanzas del caníbal más famoso de la historia del séptimo arte y nacido de la pluma de Thomas Harris. La producción de Bryan Fuller se había convertido en una rareza dentro del panorama televisivo por forzar al máximo los límites de cómo de gore debe ser una serie en abierto y un cierto toque elitista que, pese a no contar con audiencias masivas, daba prestigio artístico a la cadena. Sin embargo, el inicio de la tercera temporada ha contado con unas audiencias tan mínimas que ha llevado a los responsables de la NBC por no renovarla para una cuarta temporada.

El fandom incondicional de la serie ya se ha movilizado y ha iniciado una activa campaña para lograr que alguna de las nuevas plataformas en streaming recupere al gourmet de la carne humana y continúe contando sus crímenes y su juegos psicológicos con las autoridades que le investigan. Y es que los seguidores de la serie, pese a ser minoritarios, son un público fiel pero muy activo. Llama la atención la cantidad de páginas que claman por la cancelación de Hannibal, pero lo cierto es que la audiencia real en Estados Unidos de la serie en la misma semana en que la cadena sacó la tijera logró menos de un millón y medio de espectadores y seguía en caída libre. ¿Estas campañas son puro postureo o es que a la hora de la verdad en la encarnizada lucha por las audiencias esta serie tiene las de perder?

Ha cambiado la forma de ver televisión y cada vez son menos los que semana a semana siguen su serie, salvo alguna excepción, en el momento de su emisión. Otros somos partidarios de ver la temporada completa una vez acabada. Por eso, estas nuevas plataformas son el medio adecuado para este tipo de producciones donde no importa el porcentaje de share que se haya perdido de una semana a otra. Cuando llegue su momento, el público potencial devorará todos y cada uno de sus episodios. Son muchas las opiniones que dicen que el contenido de Hannibal se adapta mucho mejor a las cadenas por cable, donde tendría una libertad creativa mucho mayor. Pero creo que olvidan que precisamente otro de los valores de Hannibal es precisamente la elegancia con la que logra burlar los límites que le impone la televisión convencional e ir mucho más allá, sugiriendo más que mostrando. ¿Sería Hannibal igual en una cadena por cable o se limitaría a ser una serie gore más?

Dos han sido las plataformas con las que se ha especulado sobre la supervivencia de Hannibal. Por un lado está Netflix, una de las más conocidas, y por otro Amazon, que empieza a emerger ahora con sus producciones de calidad. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Los derechos de redifusión por streaming de los episodios ya emitidos están en manos de Amazon y el contrato excluye expresamente cualquier tipo de cesión de los derechos del personaje a la plataforma rival. Tampoco Amazon se ha pronunciado oficialmente sobre la posibilidad de recuperar la serie, pero en los últimos días ha aparecido algún tuit de un ejecutivo de la plataforma comentando que preferían centrarse en contenidos de creación propia. Bryan Fuller ha conseguido un producto que ha sabido dotarse de una relevancia propia al margen de las anteriores adaptaciones a la pantalla del personaje, donde el referente más claro era El silencio de los corderos. La serie adaptaba muy libremente las novelas de Thomas Harris. De una manera tan libre, que seguramente los talifanes de Juego de Tronos no soportarían y soltarían espumarajos por la boca.

La temporada se emitirá en completo en Estados Unidos y parece que la intención es dejar el argumento que están contado cerrado y con la posibilidad de que los personajes pudieran ser retomados en un futuro. Mientras asistimos al drama de la cancelación de Hannibal, comienza la última temporada de una serie que inexplicablemente ha aguantado cinco años en antena. La quinta será la última temporada de Falling Skies y parece que a todo el mundo le importa un bledo. Afortunadamente, no habrá campañas para pedir su recuperación.