Veinticinco pacientes del Centro Asistencial Noruego de Altea fueron repatriados a su país el pasado sábado por orden expresa del Gobierno de Noruega para protegerles del COVID 19. El centro sanitario es propiedad del municipio de Baerum (situado a 10 kilómetros al noroeste de Oslo), y fue el Ayuntamiento de esta ciudad quien fletó un avión sanitario especial para trasladar a sus compatriotas.

Desde el centro asistencial señalaron este lunes que los pacientes, con una media de 75 años de edad, "son derivados aquí por los servicios sanitarios de Baerum para que reciban durante seis semanas rehabilitaciones de fisioeterapia, acuaterapia y ergoterapia", y porque el micro clima de Altea "es excepcionalmente bueno para acelerar su mejoría". Indicaron que el centro "atiende a 30 ciudadanos de Baerum, además de otros 4 de Asker (a 14 kilómetros al norte de Baerum) y otros 4 de Stavanger (a 440 kilómetros al sur de Baerum), ciudades que han conveniado los servicios de rehabilitación con el municipio propietario de nuestro centro asistencial". Y añadieron que "la semana pasada, antes de que España decretara el Estado de Emergencia, nuestro Gobierno impidió la salida hacia Altea de otros 20 pacientes porque ya sospechaba lo que iba a ocurrir aquí".

En el centro noruego trabajan 38 personas entre enfermeros, especialistas de fisioterapia y ergoterapia, personal de mantenimiento y administrativos. Ahora solo permanecen trabajando los servicios mínimos de mantenimiento del edificio y de administración.

El Centro Asistencial Noruego tiene cuatro alturas, con la planta baja destinada a cafetería, zona de juegos, salón de baile, y biblioteca. En el resto de las plantas y sótano se ubican 38 habitaciones, dobles o individuales, de 35 a 53 metros cuadrados, y las salas de tratamiento terapéutico a los pacientes, además de una piscina climatizada. Se construyó en una parcela municipal de 970 metros cuadrados que a mediados de 2000 compró Baerum al Ayuntamiento de Altea por 350.000 euros, y costó cerca de 5 millones de euros, inaugurándose el 28 de febrero de 2002. Al acto inaugural asistieron el embajador de Noruega en España, Kjell-Martin Frederiksen, y el entonces vicepresidente primero de la Generalitat Valenciana, José Joaquín Ripoll.