No habrá control de accesos ni sanciones a los vehículos que entren al casco antiguo, al menos, por ahora. Y es que el Ayuntamiento de La Vila Joiosa ha decidido dejar en «stand by» la aplicación de la nueva ordenanza reguladora de las zonas de acceso restringido y posponer su inicio sin fecha. Así lo confirmó ayer a este diario el alcalde Andreu Verdú, quien apuntó que la decisión viene motivada porque aún «hay que depurar» algunas cuestiones como el sistema con el que se va a realizar este control o cómo aplicar la ordenanza.
Con todo, estaba previsto arrancar el régimen sancionador este pasado 1 de julio, algo que no ha sucedido, una fecha que se marcó tras posponer la prevista para el 1 de junio. Ahora, un bando municipal que se publicó el pasado 26 de junio es el que especificaba que «la aplicación del régimen sancionador queda demorada» hasta la «completa finalización» de las «obras de infraestructura» que afectan a la zona. Finalmente, tal y como explicó el alcalde, la entrada en vigor se hará más adelante y «ahora que ha llegado el verano tampoco vamos a ponerla en marcha para evitar problemas a vecinos y turistas».
Esta decisión trae un respiro a los vecinos de este tradicional barrio vilero. La Asociación del Casco Antiguo lleva meses reclamando más información sobre la medida que mantenía a algunos residentes a la espera de qué iba a ocurrir y si podrían seguir entrando con sus coches para lo que era necesario estar empadronado, presentar la ITV y el seguro del vehículo. De hecho, el pasado 25 de junio pedían por escrito al Consistorio que antes del 28 de junio se publicara precisamente un bando municipal para ampliar el plazo para aplicar esas multas. Un documento que llegó solo un día después de su petición.
Entre otras cuestiones, los residentes, en ese escrito al que ha tenido acceso este diario, apuntaban que «no se ha completado la instalación de la señalización ni el sistema de control», pero tampoco, según ellos, se había «testado» bien el funcionamiento o no ha habido periodo de prueba. Además «no se ha contestado ninguna de las solicitudes de registro de vehículos» de los vecinos ni ha habido reunión informativa.
Solo dos zonas de acceso
El control de acceso lleva instalado desde 2016 aunque no se había puesto en marcha esperando la aprobación de la ordenanza. Así, el documento recoge que las entradas y salidas del casco antiguo en vehículos se hará solo por dos puntos. Uno de ellos estará situado en la subida a la plaza Castelar y será tanto para entrar como para salir. Así, en la confluencia de la calle Arsenal con San Telmo habrá uno solamente para salir de las calles más céntricas, mientras que en la confluencia de la avenida Doctor Esquerdo y el paseo de San Pedro habrá uno solamente para entrar. El punto de control de acceso funcionará mediante cámaras que leerán las matrículas. Las sanciones están previstas entre los 100 euros (en caso de ser leves) o los 500 euros (muy graves).
