Una sentencia pondrá punto y final al enfrentamiento abierto hace años entre los vecinos del polémico pub Tiki Beach de Benidorm y sus dueños por el ruido y la conducta incívica de sus clientes. Un conflicto que terminó judicializado, llegando incluso al Tribunal Supremo, después de que la empresa Benissuise -responsable del polémico negocio- recurriera, hasta en dos ocasiones, la clausura del bar ubicado en primera línea de la playa de Levante, la más turística de la capital de la Costa Blanca. Pues bien, ahora la alta sala ha inadmitido los recursos de casación e infracción procesal con los que los promotores del Tiki Beach querían revocar el cierre de su local. Así se expone en un auto judicial al que tuvo acceso ayer este diario, que tiene fecha del pasado 12 de septiembre.

El fallo del Supremo, contra el que no cabe recurso, debe ser ejecutado a la mayor brevedad. De hecho, los representantes legales de los vecinos denunciantes, la comunidad de propietarios del edificio Santa Margarita, ya ha solicitado la ejecución de la sentencia en un juzgado de Benidorm por lo que los dueños del Tiki Beach recibarán en cuestión de días la notificación oportuna. En caso de no cerrar el pub por voluntad propia quedaría en manos del equipo de gobierno de la ciudad turística la revocación de la licencia de actividad, según informaron fuentes municipales.

No hay que olvidar que este establecimiento ha supuesto un foco de conflicto también en el terreno político. Las quejas de los vecinos contra el Tiki Beach comenzaron a llegar al Ayuntamiento de Benidorm en el año 2010 y fue en febrero de 2015 cuando Gema Amor rompió el pacto de gobierno con el PSOE de Agustín Navarro entre otras cuestiones por el expediente que el entonces alcalde abrió contra el edifico Santa Margarita para restaurar la legalidad urbanística en el mismo tras la denuncia formulada por el Tiki Beach. La guerra entre vecinos y bar saltaba a la arena política y ya entonces la edil liberal exigió contundencia contra el polémico local de copas.

Pese a todo unos meses después, en junio de 2015, un juzgado ordinario consideró probadas las «graves molestias» que la actividad del Tiki Beach causaba a los vecinos y decretó el «cese definitivo» de la actividad en un extenso auto judicial compuesto por medio centenar de páginas. No obstante, Benissuise recurrió en la Audiencia Provincial de Alicante, que en abril de 2016 ratificó el fallo ordinario.

Recursos inadmitidos

Ahora, el Supremo ha decretado en firme el cierre del Tiki Beach en una decisión judicial contra la que no cabe recurso alguno. Así, en el auto al que ha tenido acceso este diario, la alta sala tumba uno por uno los argumentos esgrimidos por los dueños del polémico local para revocar el cierre. La parte recurrente solicita «una alternativa menos gravosa» para esquivar la clausura y defiende que se ha producido un «agravio comparativo al dirigirse la acción sólo contra el establecimiento Tiki Beach, permitiendo actividades análogas en otros locales». Dos alegatos que los magistrados rechazan por «defectuosa formulación al citar de forma conjunta diversos preceptos».

El alto tribunal tampoco acepta la consideración del Tiki Beach sobre su actividad. «No concurren los requisitos precisos para considerarla molesta», alegan desde el pub. Los magistrados se apoyan en diferentes informes policiales para descatar esta línea de ataque. Por último, el polémico bar cree que no se da la suficiencie «contundencia» para decretar el cierre si se compara con la doctrina aplicada por otras audiencias provinciales. «Existen diferentes soluciones para el mismo problema», zanja el Supremo en el auto que entierra definitivamente al Tiki Beach.