Deshacer con mucho cuidado la glicerina para después darle forma y colorearla. Tratar y moldear la cera para elaborar velas únicas o sacar hilos de una tela para crear invitaciones a eventos artesanales. Y todo ello con un doble objetivo: el crecimiento personal y profesional y la autofinanciación.

Los alumnos del centro ocupacional Doble Amor de Benidorm han incorporado a sus talleres en los últimos meses técnicas nuevas que, en poco tiempo, están siendo un éxito. Entre ellas, la elaboración de jabones. Los usuarios del centro que pasan por esta actividad elaboran este producto desde cero. Primero, según explicó la monitora ocupacional Elena Oteo, para hacer estos objetos empiezan con 25 kilos de glicerina que se va deshaciendo y calentando. De ahí la pasan a moldes donde, con mucho cuidado, se le aplica el tinte del color deseado y los aromas. «Ahora estamos probando con los de dos colores», afirmó.

De estos jabones ya han hecho para eventos. El pedido más numeroso les llegó de una boda para la que hicieron 400, aunque también han hecho para bautizos. Con los mismos moldes se trabaja la cerámica fría que también se perfuma y se coloca en bolsas y con etiquetas hechas a mano. De ellas, para un evento, hicieron otras 20. Todo ello a precios asequibles.

Con las velas apenas llevan unas semanas pero las primeras pruebas han sido un éxito y esperan sumarlas a los detalles para celebraciones. Algunas aún están probándolas y, si sale mal a la primera, no tienen problema en deshacerla y volver a empezar.

Invitaciones y letras

Pero los jabones o las velas sólo son las últimas incorporaciones. Desde hace tiempo, los alumnos del centro Doble Amor elaboran invitaciones para eventos, como los tarjetones de boda, de manera completamente artesanal. Se hacen con papel reciclado, según explicó el director Luis Alfonso Muñoz, y «los detalles se hacen completamente a mano por lo que cada una es única». Lo son también las letras decoradas con materiales reciclados para bodas o eventos o cualquier cosa que se les ocurra. Así, los alumnos más mayores colaboran con los más jóvenes sacando hilos de telas uno a uno que luego decorarán las tarjetas. Con esta tarea, «se fomenta la movilidad de las manos ya que tienen que ponerlas en modo pinza para coger los hilos», explicó el responsable del centro.

Esta actividad tiene un doble objetivo. Primero, «les motiva mucho», explicó la monitora. Y es que «cuando viene la gente y ve lo que hacen y les dice que les gusta, para ellos es muy importante porque su tarea va más allá de para un taller del centro». Pero además, para ellos es «una actividad profesional, no sólo de ajuste personal» que les ayuda en su día a día.

Pero además, la segunda finalidad es autofinanciarse. El centro ocupacional tiene en la lavandería su ingreso principal pero estas pequeñas actividades les ayudan a conseguir fondos. «Con lo que venden compramos más material además de financiar otras actividades», indicó el director. Pero ante todo, a los alumnos poder ofrecer una detalle hecho con sus manos les ayuda a su crecimiento personal. Todo en sólo una pastilla de jabón o una vela.