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Marina Baixa

Las bicicletas no son para las calles de la Marina Baixa

Benidorm continúa sin adaptarse al uso de un vehículo en el que basa parte de su promoción

Ciclistas en Benidorm, donde el carril bici apenas existe en el interior del caso urbano. david revenga

En la página oficial de Turismo de Benidorm hay una sección con «rutas en bicicleta por Benidorm». En ella se explica que la ciudad «reúne, al igual que los pueblos de alrededor, unas características únicas para la práctica de las distintas modalidades -de ciclismo- que unidas a la buena climatología hacen de nuestra región una de las más frecuentadas de España para la práctica del ciclismo». Se destaca el gran número de pruebas deportivas que «congregan a aficionados y profesiones... haciendo que exista una gran afición al mundo de las dos ruedas y que la zona haya dado grandes campeones a nivel provincial, autonómico y nacional».

De unos años hasta ahora, la Marina Baixa se ha convertido en un destino de referencia para ciclistas, hasta el punto de que Benidorm ha empezado a estar presente en las ferias extranjeras del sector.

Sin embargo, la capital turística y sus poblaciones vecinas siguen dando la espalda a la bici. Más allá de anuncios con futuribles carriles bici que nunca ejecutan -o lo hacen a medias, inconexos unos de otros; más allá de fotos en ferias y balances sobre cuántos ciclistas llegan, lo cierto es que casi todos los municipios siguen sin adaptar sus viales para quienes utilizan este vehículo en sus desplazamientos, ya sea con propósitos rutinarios, deportivos o turísticos. Coger la bici, simplemente, es una actividad de alto riesgo en la Marina Baixa.

El ejemplo más notorio es Benidorm, donde ni la puesta en marcha del servicio público de alquiler de bicicletas ha adecuado sus viales. Más allá del ciclocarril del paseo de Poniente (que en tramos es compartido con el tráfico de vehículos a motor, al anularse de la ejecución del proyecto el carril bici que había originalmente), y aparte de los carriles adaptados en vía Parque, que desaparecen al llegar a las glorietas más próximas al centro, no se ha creado espacio para la bici en el resto del entramado urbano, ni se han adaptado en él ciclocarriles que puedan utilizar indistintamente bicicletas y automóviles, como ocurre en capitales como Madrid, donde la velocidad máxima es 30 Kilómetros/hora.

Tampoco hay posibilidad en Benidorm de llegar en carril bici hasta los colegios del Salto del Agua, ni hasta la estación de autobuses o el Palau de Esports (pues también el carril bici de la nueva avenida desaparece en una rotonda). Y nada se sabe del proyecto anunciado hace 8 años del bulevar enlazaría Benidorm con l'Alfàs con carriles bici.

Pero Benidorm no es la única que da la espalda a la bici. En La Vila la promesa de crear carriles bici es ya cansina. El que debía de estar terminado en enero entre la entrada de la CN332 y la glorieta a la Ermita no existe. El del Paraíso el carril bici se ha quedado en ciclocarril sobre el arcén. Y en el resto de la población no hay ninguna zona adaptada para la circulación de estos vehículos, aunque según anunció el gobierno popular el pasado abril, una modificación del PGOU iba a incorporarlo en todo el municipio. Tampoco se ha vuelto a saber del corredor verde con carril bici prometido en 2009 en el desdoblamiento de la vía del TRAM entre La Vila y Benidorm.

En l'Alfàs, más de lo mismo, a excepción del carril del paseo marítimo. En Altea, el remedio adoptado poniendo un carril bici en la zona peatonal del paseo marítimo entre mesas, bares y restaurantes ha terminado con camareros atropellados y el nuevo trazado que no contenta a los restauradores. Y en La Nucía, el carril bici de la CV-70 lo obstaculizan en algunos puntos farolas y marquesinas.

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