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Altea

Camareros a prueba de bicis

El Ayuntamiento desplazará el tramo del carril para ciclistas entre los bares y sus terrazas

Camareros a prueba de bicis david revenga

El concejal de Medio Ambiente de Altea, Miguel Ángel Capilla, es consciente de que el carril bici que se impulsó desde su área en 2013 es víctima de muchos de los chascarrillos en el pueblo. Entre otras cosas, porque uno de sus tramos, transcurre entre los bares de primera línea de playa y las terrazas de los mismos, por los que una de las primeras cosas que les enseñan a los camareros es a mirar a un lado y a otro para no ser atropellados por un ciclista con alma de contrarrelojista. De hecho, un empleado del Café París, establecimiento ubicado en este túnel de restauración que tienen que atravesar las bicis, vio como una compañera suya era embestida como un torero, bandeja en mano. «No te puedes fiar, no todos van a 10 kilómetros por hora», dice.

Miguel Ángel Capilla explica que cuando trazaron el carril bici, que se conecta con el que parte de la playa del Albir, «Costas no nos permitió llevarlo más hacia el mar, porque nos decían que se invadía el espacio de dominio marítimo terrestre, y por eso no nos quedó más remedio que instalarlo donde actualmente está», argumenta. También añade que, después de más de un año de funcionamiento, una vez que el Ministerio ha podido comprobar de primera mano los problemas que genera esta opción, les ha permitido cambiarlo, y de hecho ya tienen el anteproyecto del nuevo trazado que discurrirá más cerca de la costa en el municipio alteano. «Teníamos que apostar por hacerlo hace dos años, aunque no fuera con la mejor alternativa, ya que si no el Gobierno central no nos habría hecho ni caso y no se habría potenciado la masa crítica de personas que van en bici ahora en Altea», añade.

Capilla detalla que este nuevo proyecto entraña dos cambios bastante sustanciales con respecto a lo que hay. Por un lado, en la zona que va desde el parking hasta la plaza de las Banderas, que recorre parte de la calle Conde de Altea, se pretende desplazar la marca para ciclistas, despejando la zona de terrazas. «De esta manera, esta vía quedaría ordenada. Irían los restaurantes, sus terrazas, el carril para bicis o automóviles -sólo en algunas zonas y para carga y descarga- y finalmente el paso para los peatones. Lo que también haríamos es levantar la calzada donde actualmente está el carril, ya que ahora hay un pequeño escalón con la puerta de los locales, con el fin de que la extensión de las terrazas quede a la misma altura», argumenta el concejal de CIPAL, formación que convive en el equipo de gobierno con el PP.

Esta primera actuación no convence a algunos propietarios como los del Café Rouge y los de la Casa Gallega, a los cuales, con esta nueva ordenación, se les va a reducir en mayor o menor medida el sitio para disponer mesas fuera.

Otra de las grandes modificaciones es que se va a trasladar el trazado que hay frente al párking, que también linda con bares pero sin estar en mitad de sus terrazas, a un tramo ubicado en dicho aparcamiento público, cercano a las rocas.

La obra está cifrada, según el área de Hacienda, en alrededor de 60.000 euros y la quieren financiar con las donaciones del canon Medioambiental de las que dispone el Ayuntamiento de Altea.

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