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Ocupación hotelera

Benidorm logra reducir la estacionalidad de la ocupación a niveles previos a la crisis

La diferencia entre las reservas de invierno y verano cae 5,2 puntos en 2014 al aumentar las estancias en meses de temporada baja

Benidorm logra reducir la estacionalidad de la ocupación a niveles previos a la crisis

Los hoteles de Benidorm lograron en 2014 romper una tendencia negativa que venían arrastrando desde que comenzó la crisis: la abismal diferencia entre el índice de turistas que viajan a la ciudad en verano y los que lo hacen durante los meses de invierno. Este indicador, que en el argot del sector se conoce como estacionalidad y que, junto a la ocupación, es uno de los parámetros para medir el estado de salud del turismo, cayó durante el pasado año 5,2 puntos, del 27,7% al 22,5%, y se situó por primera vez en los mismos niveles obtenidos en 2002, en plena época del «boom» y cuando ni siquiera se atisbaban aún los efectos de la recesión económica que vendría a partir de 2007.

Para determinar el dato de estacionalidad turística, la patronal hotelera Hosbec emplea un indicador fijado por la diferencia entre los tres meses de mayor ocupación del año y los tres en los que los hoteles tuvieron más plazas vacías. Atendiendo a los datos de 2014 ofrecidos en el balance de ocupación anual, septiembre, agosto y junio fueron por este orden los meses en los que más turistas se hospedaron en la ciudad, con un 93%, 92,5% y 91% de camas vendidas, respectivamente. La media arroja, por tanto, una ocupación del 92,1% en el mejor trimestre del año. Por contra, diciembre, enero y marzo fueron los meses más flojos para el sector local, con ocupaciones del 65,2%, 67,4% y 76,4%, respectivamente, y una media del 69,6%. De modo que la diferencia entre los turistas que se alojaron en Benidorm en verano y en invierno quedó fijada en 22,5 puntos, muy por debajo de los 27 que se habían registrado en los últimos años y, sobre todo, del 29,9% que se alcanzó en 2009, año en el que peores resultados cosechó en lo que va de siglo.

Fuentes del sector valoraron ayer este dato como un «síntoma más de la recuperación» del sector. No en vano, la media de ocupación de 2014 fue del 82,4%, casi un punto mejor que en 2013 y el mejor registro medio anual desde 2002. Ahora bien, aunque estas fuentes destacaron que Benidorm «aguanta el tipo mucho mejor» que otros destinos que cierran por completo en invierno, destacaron que el dato de la estacionalidad sigue lejos de los obtenidos en los mejores años del sector local, como el 15,8% de 2000 o el 8,8% que se llegó a alcanzar en 1995, el mejor desde que se realiza este estudio.

Evolución desigual

Entre las principales causas que explicarían el descenso de la estacionalidad en 2014 destaca, principalmente, los buenos resultados que los hoteles de la ciudad obtuvieron durante los meses más bajos del año. Como ejemplo, en el mes de diciembre, el de menor ocupación del ciclo, los alojamientos incrementaron su ocupación medio punto con respecto al año anterior. A ello se suma también el buen resultado de enero, con un 5,2% más de clientes; el de febrero, cuando se incrementó un 4,8%; o abril, en el que creció un 3,1% hasta situarse en el 85,1%. A partir de ese mes, la media no volvió a bajar del 80% hasta noviembre, tal y como reflejan los datos analizados por Hosbec.

Por otro lado, también influyó que los meses de temporada alta el turismo funcionó entre medio y un punto peor que en 2013, a excepción de julio, cuando hubo una caída de 3 puntos en la media de ocupación, que, no obstante, fue del 88,1%.

Factores a su favor

Los dos mercados de los que se nutre principalmente Benidorm durante los meses de invierno son los turistas de la tercera edad y los procedentes de Reino Unido u otros países del norte de Europa, como Holanda o Bélgica, que llegan atraídos por el clima y los bajos precios.

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