El Ayuntamiento de la Vila Joiosa volverá a municipalizar el servicio de la piscina cubierta del polideportivo Maisa Lloret apenas dos años después de privatizarlo.
La empresa Grupo Pazos, Salud y Ocio S.A se ha declarado en concurso voluntario de acreedores y no puede hacer frente al servicio. La noticia, que supone un nuevo varapalo a la gestión de la instalación, se dio a conocer la semana pasada cuando el alcalde, Jaime Lloret, propuso a la Corporación resolver el contrato con la mercantil que defendió como «solvente» en 2012 y sobre cuya adjudicación dijo que ahorraría alrededor de 150.000 euros al año a las cuentas municipales.
El procedimiento de concurso abreviado de la empresa -que también explotó la piscina de la Diputación de Alicante- llegó al Ayuntamiento el pasado octubre desde el Juzgado de Primera Instancia de Orense.
Ante el documento, el gobierno local se ha visto obligado a municipalizar la piscina entendiendo que la empresa no puede cubrir los gastos hasta la finalización del contrato, que estaba estipulado para 2026.
Con el rescate de la concesión ahora toca saber si el Ayuntamiento vilero tendrá que cerrar o no el complejo.
De momento, ha solicitado a los técnicos municipales informes sobre alternativas para continuar con el servicio en cuestiones de personal, gastos por suministros, etc.
Mientras, los usuarios han permanecido completamente ajenos al proceso, ignorando que la situación de la empresa a la que hasta el viernes estaban abonando cuotas y adquiriendo equipamientos.
Por otra parte, no sería la primera vez que el Ayuntamiento terminara llevando la piscina. Así se gestionó durante su primer año, aunque posteriormente se cambió tal fórmula para «ahorrar gastos».
Una sucesión de errores
La piscina cubierta de La Vila Joiosa puede a considerarse a estas alturas uno de los mayores «fiascos» de los sucesivos gobiernos locales del municipio.
El proyecto fue aprobado en 2003 por el entonces gobierno del PP (al que pertenecían algunos de los actuales concejales populares). Desde que se adjudicó la obra, los sucesivos modificados a la misma incrementaron su presupuesto un 160% sin ni siquiera poder llegar a abrir sus puertas a los usuarios, aunque sí lo hicieron en campaña preelectoral en 2007. Un año después, en 2008, el gobierno en coalición formado por PSOE, IU, Bloc e Iniciativa Independiente anunció su apertura adjudicando el servicio, pero su apertura privada se frenó con la moción de censura que aupó por primera vez a la alcaldía al popular Jaime Lloret.
El nuevo gobierno popular cambió el criterio y pagó a aquella empresa 25.000 euros alegando que era mejor la gestión propia. Sin embargo, también aquel criterio cambió en apenas un año.
En 2012 el actual gobierno local inició los trámites de licitación para explotar de forma privada la infraestructura. La concesión terminó en la mercantil que ahora lo explota sin poder hacer frente a sus gastos. Un final que por otra parte era previsible, puesto que apenas meses después de quedarse con el servicio, el Grupo Pazos anunció que estaba teniendo grandes pérdidas debido a desperfectos en la infraestructura. La empresa exigió al Ayuntamiento hacerse cargo de los arreglos, pero éste se desentendió.
Construir la piscina costó a La Vila cerca de 5 millones de euros.
