¿Quiere Benidorm seguir teniendo dentro del programa de sus Fiestas Mayores un Desfile del Humor? Si es así, a nadie le cabe duda de que este acto, que durante muchos años fue emblema de los festejos por su mordacidad e ingenio, necesita cambios. Y urgentes.
La escasa participación el pasado martes -sólo cinco peñas de las 174 inscritas en la Associació-, los retrasos y cortes del desfile y la no realización de paradas en algunas partes del recorrido, no sólo levantaron el malestar de vecinos y peñistas, sino que además generaron el enfado de buena parte del público, que acabó por tirar en mitad de la calle las sillas por las que había pagado tres euros, al sentirse «estafados». De ahí que esta edición de los festejos concluya, más que nunca, con una tarea pendiente que tendrá que afrontar la próxima junta de las peñas: buscar la fórmula con la que mejorar el acto o, de lo contrario, dejarlo morir del todo y cerrar una página en la historia festera.
Ahora bien, analizada esta cuestión, se abre ahora un debate sobre qué hace falta para resucitar el desfile. Y, en eso, hay muchas opciones para encontrar un punto común. «Si la asociación quiere continuar con él, debe reforzarlo mucho», señaló la concejal de Fiestas, Cristina Escoda, a cuyo juicio la falta de peñistas para salir en el desfile podría suplirse con incentivos para fomentar la participación: «Las peñas deben decidir qué hacen con el evento, pero una opción podría ser que la asociación subvencione la megafonía, las plataformas u otros aspectos logísticos para ayudar a los que salen para participar en igualdad de condiciones». Otro edil del gobierno local, como Conrado Hernández, miembro de la Penya La Soca, que en su día fue una de las más aplaudidas con sus desfiles, también reconoció otro hecho: «No se puede cortar todo el centro de Benidorm para que desfilen cinco peñas. Habría que poner un mínimo y, si no se alcanza, no hacer desfile».
Además de la escasez de recursos de muchas peñas para afrontar el gasto de sus montajes, la falta de implicación de los festeros más jóvenes -que optan mayoritariamente por los Playbacks-, la fecha de su celebración -que cambió en 2005 del sábado al martes de Fiestas- o el recorte ejecutado en los premios de este año -de 1.400 a 800 euros en el caso del primero-, son otras de las causas esgrimidas ayer por peñistas «veteranos» en el Desfile del Humor consultados por este diario.
Entre ellos, el presidente de la gestora de 2013 y miembro de La Fava, Mario Villar, o la expresidenta y peñista de El Nuc, Isabel Navarro. Ambos coincidieron en citar dos aspectos: que las nuevas generaciones festeras son ajenas a este desfile y no han tomado el relevo de los que pasan de largo la treintena y «tienen hijos pequeños, obligaciones y cada vez menos tiempo» para dedicar al desfile; y que «antes, las peñas salíamos por divertirnos y con cuatro cosas montabas una parodia, mientras ahora la gente lo hace para ganar premios y el concepto de la diversión se ha perdido».
Por su parte, Juanjo Galiana, que presidió en 2006 la junta de las peñas y fue miembro otras dos ocasiones como representante de La Bacineta, además de todo lo anterior también destacó la necesidad de dar un giro al formato para agilizarlo, cambiar el día y subvencionar a quienes participen. Juan Francisco Buforn, peñista de la Penya La Serp, que también aglutinó muchos premios en los 90, no tuvo dudas a la hora de responder qué habría que hacer para revivir el desfile: «Cambiarlo otra vez al sábado, porque hay gente que está sólo el fin de semana o que el martes están hechos polvo y pendiente de las carrozas» y «dar buenos premios».
Ideas, al parecer, hay. Ahora sólo falta ver si por parte de las peñas hay ganas y alguna de estas opciones acaba cuajando. 2014 es la clave.
