Echar el anzuelo en Santa Pola requiere de esfuerzo, paciencia y espacio suficiente para desarrollar una actividad recreativa que a muchos les sirve para evadirse de los problemas, y con suerte, para llevar algún que otro manjar a casa. Sin embargo, a partir del 15 de junio la villa marinera, como todos los veranos, endurece la normativa local en cuanto a la pesca recreativa, ya que los aficionados disponen de muchos menos puntos hábiles para poder ejercer esta afición, y todo, según el Consistorio, para prevenir problemas mayores en las playas cuando la afluencia turística se dispara y podría resultar peligroso que haya bañistas cerca del arsenal de cañas y anzuelos. Con todo ello, los aficionados a la pesca recreativa disfrutan de sus últimos días de plenitud en Santa Pola con respecto a este arte, en cuanto a libertad de horarios se refiere, bien es cierto que la mayoría coinciden en que «Santa Pola ya no es lo que era», ya que hay días en los que no logran ni una captura.

Entre los pescadores hay quiénes defienden que se amplien las zonas para pescar porque sienten que en temporada alta se tienen que concentrar en muy pocos sitios y los horarios permitidos para la actividad están relegados de las ocho de la tarde a las ocho de la mañana. Es decir, según emana de la ordenanza de playas de 2016, a partir de mediados de junio y hasta mitad de septiembre, al igual que Semana Santa, quedan habilitados sólo cinco puntos durante las 24 horas, que serían el espigón del Club Náutico, el del Parque Xaloc hasta la Ermita, excepto en las Calas del Cuartel, las Tres Calas del Bancal de l'arena y Cala de la Ermita. El espigón de Vatasa también estaría permitido, excepto la cara este, además del espigón de Tamarit por el oeste o el tercer espigón de la Avenida Santiago Bernabéu, excepto su cara oeste. En el resto de espigones se permitiría pescar, siempre cumpliendo con una distancia de 100 metros prudencial de los bañistas y cuando cae el sol hasta primera hora de la mañana.

Más seguridad

A pesar de que Santa Pola es un municipio referente por su puerto y sus recursos pesqueros, no hay ningún club en la localidad que se encargue de formar durante todo el año a usuarios en la pesca recreativa, donde podrían entrar también niños y niñas para aprender de una manera profesionalizada sobre este arte. Algunos progenitores insisten en que esta oferta podría ser positiva para que ellos mismos aprendan técnicas seguras que poner en práctica con sus los menores cuando salen a pescar, y que se garantice el relevo de la tradición.