Hasta siete delitos le imputa el fiscal de Seguridad Vial, José Antonio Artieda, a su vez fiscal jefe de área de Elche, al autor del atropello mortal ocurrido durante las fiestas patronales de Santa Pola el pasado 3 de septiembre de 2017. El acusado, de 22 años, perdió el control del vehículo que conducía a gran velocidad bajo los efectos del alcohol y las drogas y arrolló a tres jóvenes en un accidente en el que falleció uno de ellos, de 17 años, horas después de ser trasladado al hospital. La Fiscalía, en su escrito de acusación, considera al conductor autor de un delito de conducción temeraria en concurso con un delito de homicidio por imprudencia grave y cinco delitos de lesiones por imprudencia grave.

La conducción temeraria y la imprudencia que acabó en la muerte del menor no radica solo en el hecho de que condujese ebrio y drogado, sino que además lo hizo, según los informes policiales que señala la Fiscalía en su escrito de acusación, con una velocidad «entre los 76,23 y los 87,44 kilómetros por hora» es una vía limitada a tan solo 30. Es más, dicho informe policial concluye que «de haber circulado a la velocidad permitida, el siniestro podría haberse evitado».

Los hechos ocurrieron cerca de las 4.25 horas. Un grupo de amigos volvía a casa después de disfrutar de una noche de fiesta, especialmente animada al coincidir con sus festejos patronales. Caminaban por la avenida Santiago Bernabéu, una de las más icónicas de la villa marinera al discurrir de forma paralela al paseo marítimo. El acusado circulaba por esa misma vía en estado de embriaguez (las pruebas realizadas por los agentes arrojaron un resultado de 0,88 y 0,89 miligramos de alcohol por litro de aire expirado, cuando la tasa máxima permitida es de 0,25) y, además, había consumido cocaína, según los análisis del Instituto Nacional de Toxicología al que fue remitido una prueba de saliva tras el accidente.

Estas circunstancias, sostiene el fiscal, junto al exceso de velocidad originó que el conductor no viera, «o lo hizo demasiado tarde, que por esta vía cruzaba un grupo de jóvenes, realizando como única maniobra un cambio de carril sin reducción de velocidad».

Fuerte impacto

Un movimiento que no fue suficiente para evitar que arrollara a la víctima mortal, a quien lanzó por el aire de un fuerte impacto, ocasionándole graves heridas que le causaron la muerte horas después. Tras el atropello, perdió el control del vehículo y chocó con una señal vertical que indicaba la parada del tren turístico, después con una palmera y, tras cambiar el sentido de su marcha por estos golpes, colisionó la parte derecha del coche contra dos máquinas expendedoras, llegando a desplazar una de ellas hasta la arena de la playa mientras que la otra quedó junto a un aseo portátil. En esta maniobra arrolló a otros dos jóvenes, de 17 y 15 años, quedando uno de ellos atrapado entre el coche y la máquina por lo que tuvo que ser excarcelado por los bomberos.

El suceso causó una gran conmoción entre las personas que esa noche volvían a sus casas después de pasar una noche de celebración. Se vivieron momentos de gran tensión y angustia, por la preocupación del grupo de jóvenes con quien iba la víctima mortal. La conmoción, la rabia y la impotencia no tardó en extenderse a todos los habitantes de la villa marinera cuando el menor falleció en el Hospital General de Elche ese mismo día. Fueron muchos los vecinos que rindieron un sentido homenaje y mostraron su repulsa por lo ocurrido con flores y mensajes de ánimo a la familia. Los otros dos heridos recibieron el alta horas después, sin mayor gravedad, aunque con alguna secuela.