Santa Pola se encuentra en uno de los momentos más flojos para el turismo. Después del verano y a un mes de la Navidad los turistas han quedado reducidos al mínimo y por las playas las gaviotas campan a sus anchas porque apenas quedan atrevidos que quieran darse un baño de sol o pasear por el litoral. En cuanto a los chiringuitos en primera línea de playa, la mayoría han recogido sus bártulos para la próxima temporada, mientras que solo permanecerán dos abiertos.

El primero es el de la Plaza de Castilla, junto al abandonado Peña Grande, que siguió otro procedimiento al resto de quioscos y es el único que puede funcionar, por el momento, todo el año según el pliego administrativo, mientras que el «Cala III» de la avenida Santiago Bernabéu también permanecerá abierto porque es el único que ha solicitado ampliación de actividad, a pesar de que la concesión para esta instalación en Dominio Público Marítimo Terrestre estipula que la temporada es efectiva hasta el 30 de noviembre.

El Ayuntamiento ha aprobado por Junta de Gobierno una prórroga de la actividad, a petición de la concesionaria, para que el servicio pueda prestarse un tiempo más, ya que debido al retraso en los trámites administrativos este chiringuito finalmente tuvo que aplazar la apertura hasta septiembre debido a que dos adjudicatarios renunciaron al contrato y la tercera en la lista tuvo que esperar a presentar toda la documentación mientras se construía, también este quiosco, que está en activo desde hace algo más de dos meses. Apuntan que tienen intenciones de abrir todo el año, por lo que han remitido la solicitud al Servicio Provincial de Costas, que según las estimaciones podría resolverse en marzo del próximo año, por lo que el gobierno local también llevará esta petición al próximo Plan de Explotación de Playas, según fuentes municipales. Explica la concesionaria del servicio que es la primera vez que trabaja fuera de temporada alta y sola, por lo que no sabe muy bien si resultará rentable mantenerlo abierto. «Me he lanzado al barco», sostiene gráficamente.

Desde el quiosco en Plaza de Castilla explican que a pesar de que ahora hay poca competencia cerca, esta es una temporada muy baja y entre semana están cerrando el chiringuito en cuanto cae el sol por falta de clientela, mientras que en fin de semana tienen algo más de ambiente. Para liberar espacio han tenido que recoger mesas que no se utilizarán, explican, ya que la falta de amplitud en la terraza es una de las críticas de los usuarios durante el verano acerca del diseño de estos chiringuitos, en días en los que todas las mesas se llenaban y los clientes casi se rozaban unos con otros, al igual que lamentaban que no se pudiera disponer de música ambiental.

La imagen que presenta hoy Santa Pola deja sólo levantados estos chiringuitos, ya que el resto culminaron su temporada y retiraron los puestos hasta la próxima de Semana Santa o junio, a excepción de uno en este mismo paseo que sigue desmontándose, después de un verano que ha estado marcado por alegaciones a estas nuevas instalaciones desmontables y retrasos para adjudicarlos.