Mil seiscientas personas habían firmado hasta ayer una curiosa iniciativa del alicantino Mario Moyano, en la web change.org, para que los ayuntamientos de Alicante y de Santa Pola, con el respaldo de la Conselleria de Medio Ambiente, limiten el número de personas que pueden visitar a diario la isla de Tabarca. «Un pequeño y pintoresco archipiélago que, desde hace años, se ha convertido en destino turístico de la provincia», recuerda el promotor, en la iniciativa al tiempo que añade que «en la conocida como Nova Tabarca se alza una población en la que residen aproximadamente 60 personas, las naturales del lugar que ven y sufren las consecuencias diarias de un turismo descontrolado y masivo mediante el cual innumerables navieras de diferentes municipios costeros trasladan turistas sin cesar desde las 10 de la mañana hasta las 19 en época estival, superando en ocasiones las 10.000 personas en un entorno de menos de 1.400 hectáreas».

La iniciativa recuerda que la isla es una reserva marina protegida, «con especies autóctonas, asimismo lugar de paso de aves migratorias con una gran colonia de gaviotas cuya anidación y crecimiento de crías se ve afectado y turbado por la incívica afluencia de gente, que masifica, ensucia y contamina la isla sin que haya ninguna clase de control que sancione a todos aquellos que utilizan el entorno como lugar de botellón cuyos restos dejan depositados en las playas y acaban flotando en sus aguas cristalinas poniendo en peligro la vida de miles de peces y otras especies marinas».

Añade que «la isla sufre una gran invasión de gatos salvajes de los que nadie se ocupa, la mayoría de los cuales padecen enfermedades que se contagian los unos a los otros. Una colonia de más de 200 gatos que rebuscan alimento por los contenedores del pueblo y se encuentran en condiciones verdaderamente precarias».

El promotor de la campaña añade que «es tal el excesivo número de turistas que los más de doce restaurantes de la isla no logran dar de comer a todos los que acuden por falta de sitio y personal. Algo que en periodos como el mes de agosto, es bastante habitual.

Embarcaciones

La iniciativa también recuerda el número de embarcaciones privadas que atracan, «sin respetar el área destinada para bañistas, poniendo así en riesgo la seguridad de los mismos». Embarcaciones que superan en ocasiones las 200 lo que permite que se llenen de transeúntes islotes como el de La Cantera o Cova del Llop Marí, separados del archipiélago a los que sólo se puede acceder a nado y que son, precisamente, en los que las gaviotas alimentan y protegen a sus crías y que, por supuesto, a menudo no son respetadas y a veces los turistas son por ello atacados por ellas».