El alcalde de Crevillent, César Asencio, quiere mantener el nombre de aquellas calles franquistas que no aludan a cargos políticos. De hecho, ha presentado una alegación para mantener la calle al guardia civil Diego López, por no considerar que sea contraria a la Memoria Histórica. Sin embargo, la decisión del cambio de denominación de las vías depende de todos los grupos políticos y de la adecuación a la ley autonómica.

El primer edil destacó que, de la lista de 11 calles propuestas para el cambio de nombre, algunas pueden quedar fuera «porque hay que atender a valores personales y no meramente políticos». El Consistorio crevillentino ha recibido 59 alegaciones presentadas en registro, entre las que se encuentra una del regidor crevillentino para la calle Diego López. Sin embargo, según Asencio, el nombre de la vía no se corresponde con éste, sino que fue el primer niño del colegio de San Ildefonso que cantó el Gordo de la Lotería Nacional y por eso se le dedicó la calle.

Del mismo modo, el alcalde de Crevillent destacó otras vías que han sido motivo de alegaciones como Guillermo Magro, quien montó una cooperativa de trabajo para dar trabajo y escuelas de enseñanza para quienes no tenían recursos o el cura Pascual Martínez, impulsor de la caja de ahorros de Crevillent. Así pues, se alega al mentenimiento del nombre de estas calles «por ser personas que no participaron en política, o lo hicieron legalmente, algunas pertenecieron a la Falange, y otras realizaron obras muy beneficiosas para la localidad», tal y como destacan desde el Consistorio de Crevillent.

Con todo, la junta de portavoces de la comisión de Memoria Histórica, que se reunió el pasado mes de octubre, será la encargada de decidir si el cambio de denominación de las calles franquistas de Crevillent se aplica a las 11 calles de la lista, con el objetivo de cumplir la Ley de Memoria Histórica, o si por el contrario, alguna de las calles está exenta al cambio de nombre.

Los grupos políticos disponían de tres semanas desde la reunión en la que se les entregó toda la documentación necesaria para estudiar las alegaciones presentadas en el registro del Ayuntamiento y analizar el anteproyecto de la Ley de Memoria Histórica de la Comunidad Valenciana, y tras esto, tomar una decisión respecto al renombramiento de las calles, ya que algunos miembros de los grupos políticos no conocían la totalidad de las alegaciones presentadas.

La publicación de la Ley de Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunidad Valenciana ha modificado los plazos de actuación previstos. Así, no será hasta enero de 2018, tras un periodo de reflexión y análisis de los grupos políticos, cuando se convoque otra reunión de la Comisión de Memoria Histórica, donde los portavoces habrán podido conocer las alegaciones, comprender la ley autonómica, e iniciar la toma de decisiones respecto al cambio de nombre de las vías de la localidad alfombrera.

No obstante, el alcalde de Crevillent, César Augusto, destacó que la convocatoria de la reunión se llevará a cabo «siempre y cuando no influya en otros aspectos del Consistorio». Así pues, con las revisiones del presupuesto municipal del año 2018 cabe la posibilidad de que se retrase la reunión de la Comisión de Memoria Histórica y por tanto la decisión del cambio de denominación de las calles.

Según César Asencio, no es un tema urgente y por ese motivo puede esperar, ya que hay otros asuntos más urgentes para el municipio que van por delante de la modificación del nombre de las vías, puesto que es un trámite de hace 70 años.