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Un 60% de valencianos apuestan por confinar si hay una segunda oleada

La encuesta sobre coronavirus revela que la población ve la asistencia a colegios e institutos como una de las actividades con más riesgo

Un vecino de Alicante realiza ejercicio durante el confinamiento por el estado de alarma. Pilar Cortés

Seis de cada diez ciudadanos apuesta por un nuevo confinamiento si se registra una segunda oleada por el coronavirus. Así se revela en la última oleada de la encuesta de la Generalitat sobre el covid-19, realizada por el grupo de trabajo «Data Science for Covid-19 TaskForce», liderado por la ingeniera Nuria Oliver, comisionada de la Presidencia de la Generalitat para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial y para la coordinación de la inteligencia de datos ante la epidemia en la Comunidad. A la pregunta de si se considera que debería haber un nuevo confinamiento si hubiese una segunda oleada de covid-19, un 61,3% de los encuestados responde que «sí», frente a un 29,6% que dice que «no». El resto de los preguntados se divide entre los que no creen que vaya a haber una segunda oleada de coronavirus (3,9%) y los que no contestan.

Entre los que apuestan por un nuevo «encierro», la mayoría (22,7%) consideran que el confinamiento tendría que ser «similar» al que se registro durante el estado de alarma, mientras que un 18,7% apuesta por un encierro menos estricto, un 10,6% limitado solo a las personas de riesgo (como los mayores o ciudadanos con patologías previas) y, por último, un 9,3% se decanta por un confinamiento más severo. Frente a los que rechazan un nuevo encierro aunque se confirme una segunda oleada de coronavirus, el 24,5% de los encuestados defiende que no se podría tomar esta medida porque «el coste económico y social sería demasiado elevado», mientras que un 5,1% considera que un segundo encierro «no sería aceptado por la población».

Por otro lado, la encuesta vuelve a preguntar sobre la sensación de riesgo de contagio que percibe la población respecto a actividades permitidas. En este caso, un mes después de la última oleada publicada (6 de julio), se evidencia que la ciudadanía rebaja el temor en cuestiones como asistir a centros educativos (una actividad que concentra ahora la preocupación de los gobiernos ante la vuelta al cole prevista para septiembre), realizar comidas o cenas en restaurantes, ir al cine, al teatro o a espectáculos con limitación de aforo y viajar en avión. Con todo, la actividad que la ciudadanía considera de menor riesgo de contagio sigue siendo practicar deporte de forma individual (75,1%), seguida de ir a comprar a pequeños comercios (68,4%), asistir a pequeños locales con cita previa (57,1%), recibir tratamiento en un hospital (48,3%) e ir a la playa (44%).

Entre las actividades que han mejorado la consideración, aunque se mantienen entre las menos seguras a ojos de los encuestados, se encuentran realizar comidas o cenas en restaurantes con limitación de aforo (solo un 31,7% cree que se puede realizar con un bajo riesgo de contagio), ir a cines, teatros y otros espectáculos con limitación de aforo (28,4%) y asistir al colegio (23,4%) o a oficios religiosos (16,9%). La actividad menos segura, entre los preguntados por el equipo liderado por la ingeniera Nuria Oliver, sigue siendo viajar en avión, aunque ha mejorado algo la percepción de la ciudadanía (un 12,8%, cuatro puntos más que en la encuesta de julio).

Respecto a las medidas que toman los ciudadanos para prevenir la transmisión del coronavirus, el «gesto» más habitual es lavarse las manos con regularidad (que dicen realizar el 88,9% de los encuestados), seguido de «llevar mascarilla el máximo de tiempo posible» (86,7%), evitar situaciones con muchas personas (82,6%), mantener el distanciamiento social (75,2%) y no dar la mano ni besos fuera del ámbito del hogar (74,6%), junto a limitar el número de personas con las que se tiene contacto cercano (69,1%).

Otras cuestiones

Sobre las medidas tomadas por las autoridades políticas, la mayoría de los encuestados (51,4%) consideraba que «hacen faltan más». Eso sí, el trabajo de campo de este trabajo del Consell se realizó la primera semana de agosto, es decir, antes de que se tomase la decisión a nivel nacional de cerrar el ocio nocturno, limitar horarios en la hostelería y prohibir fumar si no se puede mantener la distancia social. Ya entonces, un 22,5% pensaba que las medidas eran suficientes o, incluso, excesivas.

Por otro lado, cuestionados sobre los test del covid, aumenta ligeramente la cifra de personas que han sido sometidas a una prueba (del 16 al 18,7%), mientras que cae la población que quiere realizarse el test para saber si está o ha estado contagiado de manera asintomática (de un 44 a un 41,7%).

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