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Fase 3

La apertura de las barras alivia a la hostelería alicantina

Los restaurantes aplauden la novedad de la fase 3 pese a que será necesario dejar metro y medio de separación entre clientes que no vayan juntos. Satisfacción por poder ampliar todos los aforos

Mediciones, en la barra del restaurante Lo Nuestro. rafa arjones

Las barras de los restaurantes de la provincia volverán a tener vida. Con restricciones, pero vivas. La hostelería recupera parte de la normalidad después de prácticamente tres meses apagada. La fase 3 permitirá el uso de las barras aunque con la obligación de dejar un metro y medio de distancia entre los clientes (si no van juntos). Lo que no se permitirán todavía son los productos de autoservicio como servilleteros, palilleros, vinagreras, aceiteras y otros utensilios similares, priorizando monodosis desechables o su servicio en otros formatos bajo petición del cliente. Restaurantes clásicos de Alicante como el Piripi o Nou Manolín podrán de nuevo exhibir uno de los sellos de su marca, la barra, y la abrirán mañana. Además, la satisfacción de los hosteleros es mayor al permitir la Generalitat el cien por cien del aforo de las terrazas y el 75% dentro.

César Anca, presidente de la Asociación de Restaurantes de Alicante, destaca que la apertura de las barras supone algo de «oxígeno» al sector pese a las restricciones sobre el aforo. «Es lo que da vida a muchos locales, muchos clientes prefieren tomarse algo en la barra que en la mesa», señala el presidente de ARA y propietario del restaurante La Barra de César Anca. La fase 3 permite además ampliar el aforo de las terrazas a un 100 por ciento así como un 75 por ciento el interior de los locales. «La situación del sector sigue siendo complicada, no hay tanto público para tanto establecimiento y muchos locales lo van a pasar mal. Los fines de semana funcionan bien la mayoría pero entre semana se complica todo», señala César Anca. «Hay restaurantes que todavía no pueden abrir, espero que todo mejore con la apertura de provincias y se puedan solucionar muchos problemas. Julio debería ser bueno pero hay que ver el turismo que llega a Alicante este verano», añade el conocido chef.

Para César, «la gente salió con muchas ganas a consumir en las terrazas después del confinamiento pero ese impulso lo normal es que se vaya frenando poco a poco porque la crisis afectará a la economía de la gente».

Por su parte, Pedro Borbolla, dueño de Alma de Barra, considera «fundamental» la apertura de las barras para recuperar capacidad y volver a ver la luz «Abrir la barra es clave, es lo que quiere mucha gente y aunque no se pueda utilizar entera por lo menos es un alivio», señala Pedro, consciente de que «todo se ha regenerando poco a poco, la gente ahora lo que pide es terraza, pero con la barra ya nos permite dar servicio a más clientes». Para el dueño de Alma de Barra, la apertura de movimientos entre provincias es fundamental. «Muchos clientes son de fuera de Alicante y ahora por lo menos tendremos más capacidad de atraer gente coincidiendo con un mayor aforo en el local».

El restaurante La Galería de David que regenta David Galvañ también volverá a lucir su barra, uno de los sitios más preciados por sus clientes para tener al alcance de su vista su género. Su propietario no duda en afirmar que se trata de un «alivio» aunque el tener que dejar una distancia de metro y medio entre clientes le resta capacidad. «Algo es algo, pero espero que podamos tener menos restricciones dentro de poco», señala David, que reconoce que ha pasado un tiempo «muy duro». «Ha sido terrible para los restaurantes, sin poder abrir pero al mismo tiempo hemos tenido que seguir pagando impuestos», destaca el dueño de La Galería, que valora que los clientes están volviendo a consumir. «Espero que todo se recupere lo antes posible», concluye el restaurador.

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