La asociación de funcionarios penitenciarios Tu Abandono me Puede Matar (TAMPM) ha denunciado el aumento de la inseguridad del personal sanitario en el penal alicantino de Fontcalent. Una situación que contrasta con los diarios homenajes al personal sanitario que se realiza desde los balcones de toda España, a juicio de este colectivo..En un comunicado, recuerdan que el personal de la enfermería de Fontcalent que ya era escaso antes de la crisis del coronavirus y que ahora debe hacer frente a la psicosis generalizadas de los 800 internos del centro, "temerosos de posibles contagios" y "alterados por la ausencia de droga tras suspenderse la comunicaciones vis a vis con los familiares" , argumenta el colectivo. Según denuncian, en la prisión disponen sólo de seis médicos, tres de ellos a punto de jubilarse, ocho enfermeros y cinco auxiliares.

El personal ha tenido que cambiar su forma de trabajo habitual, priorizando la atención de urgencias y minimizando las consultas médicas semanales para evitar al máximo los contactos. Ante la previsión de que se produjeran incidentes en los penales ante el aumento de la tensión y que conseguir medicinas sea uno de los objetivos de los internos, no hay stock de medicamentos en el interior de la prisión. La asociación recuerda que el pasado 15 de marzo se registró un conato de motín en uno de los módulos de la prisión alicantina.

La asociación alerta de que el gran porcentaje de internos con patologías psiquiátricas es "una bomba de relojería a cargo de un personal de vigilancia sin formación específica para tratar con ellos", situación que "aumenta la inseguridad en momentos como el del reparto de la medicación. El colectivo considera que Fontcalent tiene una "estructura anacrónica e ilógica", por lo que los sanitarios reclaman no solo más personal, sino también mejoras como oficinas más seguras, con ventanillas para dar los medicamentos a los internos y timbres para avisar en caso de alarma. En este sentido, recuerdan que en Enfermería hay un solo funcionario habitualmente, por lo que hay una "evidente falta de personal para controlar el tránsito de internos y personas a consultas donde hay instrumental médico".

TAMPM considera que "las agresiones que sufren médicos, enfermeros y auxiliares no son tenidas en cuenta por el Ministerio del Interior". En este sentido recuerdan que el pasado mes de diciembre una interna golpeó a una enfermera y a una funcionaria cuando le daban la medicación. Esa misma interna reincidió en su conducta en otra ocasión. Esta misma semana un interno amenazó a una sanitaria acercándole un mechero encendido a la vez que le decía: “arde, arde, arde”. La profesional logró zafarse empujando la puerta de la consulta y dejando fuera al interno. "La mayoría de incidentes no quedan reflejados por escrito por la falta de confianza en los protocolos al respeto. Se llegan a normalizar situaciones extremas como atender autolesiones de internos o soportar insultos y amenazas para exigir más medicación", aseguran.

La asociación recalca que "todos estos no son hechos aislados, las situaciones de riesgo han aumentado con el estado de alarma por el coronavirus". "Los plantes y motines suceden en todas las prisiones y la inseguridad crece. La deficiente política de personal de Instituciones Penitenciarias en todos estos años hace que los trabajadores penitenciarios, tanto sanitarios como de vigilancia, hagan uso sobre todo de su

profesionalidad y compañerismo para sacar esta situación adelante", asevera.

Por todo ello, la asociación TAMPM reclama "una política pública integral de la Sanidad Penitenciaria, con un aumento urgente del número de profesionales, formación continua y mejora de sus condiciones de seguridad, con la implantación de protocolos para evitar agresiones".