Un taller en la sombra que salva vidas. Los bomberos del Ayuntamiento de Alicante encabezan una de las ideas más productivas para combatir el coronavirus. Varios miembros del cuerpo, que promovieron hace unas semanas la fabricación de mascarillas y batas para sanitarios y fuerzas de seguridad, han diseñado ahora una pieza que minimiza el contagio del Covid-19. Ha sido a petición del Hospital General de Alicante, preocupado por un agujero que tienen las mascarillas de pacientes infectados que necesitan máquinas para ventilación no invasiva. Los bomberos han fabricado un codo nuevo, de PVC y sin agujeros, que evita la posibilidad de contagio ya que ese aire no saldrá hacia la habitación en la que está el paciente.
Laureano Gutiérrez, Guti, cabo de los bomberos, ha sido uno de los artífices de una operación que pronto ha encontrado aliados en diferentes empresas alicantinas. «Todo surgió una de las veces que fuimos al Hospital a entregar las mascarillas y batas que hacíamos, entonces el doctor Carratalá nos pidió un favor», explica Guti. Esa demanda era cerrar los agujeros de las mascarillas, que provisionalmente se estaban taponando con esparadrapos. «¿Cuántos pueden hacer?», les preguntó el médico. «¿Cuántos necesita?», respondieron los bomberos. Y se pusieron manos a la obra.
«Fuimos a las instalaciones de Tecnoagua y estuvimos dándole vueltas hasta que sacamos el codo de PVC que se inserta entre la máscara y el tubo, lo torneamos y lo ajustamos a la medida que requería el diámetro de la mascarilla», explica Guti. Así el nuevo codo nace sin agujeros, a diferencia del anterior que acompañaba a la mascarilla. Por el momento, ya se han entregado una docena al Hospital General y se esperan unos 20 codos más. También cuentan con ellos los hospitales de Elda y San Juan y los SAMU del Hospital General y las unidades de San Juan y San Vicente.
Todo ha sido obra del ingenio, del aprovechamiento de materiales y recursos y así el nuevo codo satisface la demanda de los sanitarios, con una pieza de fontanería. Ahora, de forma paralela a la fabricación de los codos y de las batas y mascarillas, el cuerpo de bomberos del Ayuntamiento de Alicante ha aceptado un nuevo reto. «Queremos acoplar un filtro a unas máscaras de buceo que tienen los sanitarios, pero es complejo porque un diámetro es redondo y otro ovalado», revela Guti. Sin embargo, parece que hay solución: «Les hemos ofrecido unas máscaras que tenemos nosotros de entrar al fuego que taparían toda la cara al paciente y cuya pieza también es redonda».
De Alicante al resto de España
La fabricación de mascarillas y batas fue el primer objetivo que se marcó el cuerpo de bomberos de Alicante. «Un familiar mío era médico y otro de mi compañero Jesús Carrilo también y nos dijeron que no tenían nada de protección. Entonces dijimos que había que hacer algo y el sargento de guardia Daniel Serra nos dijo 'adelante'», cuenta Guti.
A partir de ese momento, contactaron con sus vecinos pidiendo material (goma elástica, acetato de encuadernar) y dieron con varios ciudadanos que tenían impresoras 3D. También con varias empresas que donaron material, como la citada Tecnoagua, la imprenta Ingra (que cortaba el plástico y lo troquelaba) o Plastalacant (que proporcionaba las bobinas). Y el proyecto humanitario despegó. Pusieron un correo electrónico de solicitudes y otro de donación de material y sus mascarillas y batas, ideadas inicialmente para Alicante, ya han recorrido toda la Península. En la provincia han suministrado a hospitales, al Hogar Provincial, a clínicas veterinarias, a farmacias y a camioneros. «Pero también hemos llevado material a Albacete, a Guipúzcoa, al Hospital de Cartagena, a Barcelona...», recuenta Guti.
«Se trata de que todo este trabajo llegue al que lo necesita».
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