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CORONAVIRUS

«Si la guerra no pudo conmigo, esto tampoco»

La soledad, la falta de información y la inconsciencia llevan a muchos mayores a salir a diario a la calle de manera innecesaria

Un hombre mayor en la Plaça de Baix de Elche viendo el despliegue del ejército la pasada semana. a.amoros

«Si a mí no me mató la guerra, un virus no lo va a hacer ahora», cuenta Carmen Martínez, una ilicitana de ochenta y cinco años que cada mañana sale de su casa para comprar el pan y de paso darse un paseo en plena alerta sanitaria por el Covid-19. No ve peligro en mantener ese hábito día a día, pese a que, por su edad, está dentro de la población de riesgo de sufrir la pandemia. Como ella, muchas personas mayores se aferran a que han pasado momentos muy difíciles, incluso más que los actuales, para bajar a la calle casi diariamente.

«Si el hambre no pudo con nosotros, esto tampoco». «He pasado por mucho en la vida, estoy curada de espanto». Son algunos de los argumentos que se les oye a los que desafían la orden de confinamiento. Los mayores no son ni mucho menos los únicos que se saltan las restricciones, pero sí los que más preocupan porque son los más vulnerables.

Aurora cuenta por Facebook que tiene una tía de noventa años que no entra en razón y que quiere salir a darse su paseo como todos los días. Lucía señala a este diario desde Orihuela que discute con su padre de setenta para que salga solo cuando sea necesario y que lo haga con mascarilla y guantes. En Alicante, farmacéuticos alertan de que mayores han cogido por hábito bajar a la calle para ir a la farmacia, al banco y al mercado como excusa para salir de manera innecesaria.

En la mayoría de ocasiones viven solos y el simple hecho de tomar el aire unos minutos es para muchos el mejor momento del día, o bajar al rellano de la escalera a charlar con el vecino, o sentarse por unos instantes en un banco al sol. La cuarentena está dejando situaciones como estas a las que la Policía y los ayuntamientos tratan de poner freno a través de asociaciones y voluntarios para hacer la compra a los jubilados y llevarles a casa también las medicinas. En Elche la Concejalía de Mayores lleva desde la pasada semana organizando batidas, además de las que ya realiza la Policía Local y Nacional, para pedir a la tercera edad que no se ponga en peligro. «Hacemos un llamamiento a las familias para que conciencien a los suyos de que se tienen que quedar en casa», apunta la edil Puri Vives.

¿La solución?

La pedagogía es una labor fundamental con este colectivo, insisten los expertos. «Muchos están en una situación de soledad y de desarraigo y lo que les compensa es bajar a la calle porque el confinamiento provoca mucha angustia al romper con su rutina», señala Purificación Heras, antropóloga y profesora de la Universidad Miguel Hernández (UMH), quien señala la importancia de «no criminalizar a los mayores porque son situaciones muy particulares». La docente recalca que la sociedad tiene que plantearse qué debe hacer para ayudar a que no se sientan desamparados en una situación tan nueva como es la actual para todas las edades.

«Hay que hablar mucho con ellos, explicarles bien cómo es la transmisión de este virus, habrá quienes tengan algún tipo de discapacidad auditiva y no conozcan bien a lo que se exponen», explica Heras.

De hecho, la percepción del riesgo y la sensación de control son dos factores claves que determinan cómo se comportan las personas, independientemente de su edad, frente a una pandemia hasta ahora desconocida. Así lo señala Antonio Sánchez, psicólogo del centro de salud de Almoradí, adscrito al departamento de salud del Hospital de Orihuela.

El especialista también advierte de que la experiencia personal de todo lo vivido, más allá del nivel de información, pesa mucho más en este tipo de situaciones. Y por ello, insiste en la responsabilidad educativa y de información básica que tienen los medios de comunicación y las familias en esta crisis sanitaria. «Hay mayores que creen que solo hay una vía o dos de transmisión del virus y piensan que hay un peligro menor de contagiarse del que verdaderamente hay», afirma Antonio Sánchez, quien también alerta de que los comportamientos de riesgo de la gente que sale, en general, «son continuos».

Tocar el botón del ascensor, la manilla de una puerta fuera de casa, ponerse unos guantes todo el día y quitárselos de noche, utilizar varias veces una mascarilla... son algunos de los graves errores que se están cometiendo de manera inconsciente por parte de personas de todas las edades, lamenta el psicólogo.

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