Como si el bipartito de Alicante (PP y Cs) quisiera resarcirse del fiasco de las luces de Navidad. Los arcos de la Rambla de Méndez Núñez permanecieron anoche iluminados, dos días después de Reyes, fecha marcada en el polémico contrato como final del alumbrado navideño.

Pero no sólo había luces de Navidad activadas en la céntrica avenida, sino también los arcos situados en la plaza del Ayuntamiento estaban encendidos, donde también se pudo ver alumbrado el cartel de "Felices fiestas", además de las luces de la calle Altamira. Ya no había, en cambio, ni rastro del árbol de Navidad.

Las luces navideñas activadas la noche del 8 de enero también se pudieron observar en otros puntos de la ciudad, como las comerciales situadas en el barrio de Benalúa, en las calles Pardo Gimeno y Foglietti. El pliego recoge que el desmontaje de las luces debe finalizarse en siete días hábiles.

La iluminación ha centrado la polémica esta Navidad, por el retraso en su puesta en marcha. De hecho, las primeras luces se encendieron el 10 de diciembre en un acto al que no acudió el alcalde, cuando en el contrato figuraba como fecha el 30 de noviembre y el bipartito había anunciado que se pondrían en marcha el 5 de diciembre, antes del puente de la Constitución.

Ese retraso tuvo sus derivadas, como la recuperación de las mascletás de Navidad que previamente el bipartito había eliminado del programa de fiestas y también el relevo del técnico responsable del contrato, que a partir de ahora estará bajo la supervisión del área de Infraestructuras. Ante esa decisión, el funcionario responsable del contrato del alumbrado de fiestas de Navidad, Carnaval y Hogueras ha exigido al alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP), que restituya su «honor». Lo reclama oficialmente a través de un escrito registrado en el Ayuntamiento de Alicante, al que ha tenido acceso este diario, en el que defiende su gestión al frente del contrato y en el que subraya que su destitución como responsable del pliego "atenta" contra su "honor" y su "reputación", ya que, a su juicio, el gobierno local ha dirigido sobre él toda la "responsabilidad de lo sucedido", es decir, del fiasco del alumbrado en esta pasada Navidad. El técnico niega que, por su parte, hubiera "dejadez o falta de profesionalidad".

Por eso, y a través de un documento recientemente registrado, pide a Barcala que "corrija públicamente la versión que se ha trasladado" al destituirlo como responsable del contrato. Y no solo eso, sino que el funcionario anuncia que puede ir más allá, deslizando posibles acciones legales si finalmente el alcalde no restituye su honor. "Le solicito que haga justicia [...], de no obtenerla no me quedaría otra salida que proceder en mi defensa en la forma que se me aconseje", añade el funcionario de la Concejalía de Fiestas y Ocupación de la Vía Pública (dirigida por el popular Manuel Jiménez), quien lamenta que tuviera que enterarse por los medios (la noticia oficial le llegó una semana después) de que la Junta de Gobierno había decidido, por la vía de urgencia, destituirlo como responsable técnico del contrato.

Según la propuesta de acuerdo firmada por el concejal Jiménez, el cese se justificó en que así el técnico podía centrar su labor en la unidad a la que pertenece, "equilibrando de esta manera las necesidades municipales en el ámbito de la gestión del Servicio de Fiestas y Ocupación de Vía Pública". Ese cambio se adoptó el 10 de diciembre, cinco días después de la fecha anunciada para la puesta en marcha del alumbrado y cuatro días después de que se firmase el contrato con el único licitador. Entonces, el bipartito apostó por nombrar como nuevo responsable al jefe del departamento técnico de Alumbrado, adscrito a Infraestructuras, área que tiene al frente al popular José Ramón González, a su vez anterior responsable político del contrato durante su año al frente de Fiestas