El gobierno local, a través de la Concejalía de Medio Ambiente que dirige Manuel Villar (PP), trabaja para reactivar el proyecto de compostaje urbano, que puso el marcha el tripartito de izquierdas con una decena de experiencias piloto repartidas en colegios y barrios de la ciudad. El área municipal ultima la externalización del contrato de dinamización y gestión del compostaje participativo en centros educativos y en puntos de compostaje comunitarios. El total, la concejalía prevé destinar unos 13.000 euros al año a una iniciativa que adjudicará a través de un contrato directo, según confirmaron fuentes municipales.

La gestión de los puntos de compostaje en Alicante, junto a la guerra interna vivida en Esquerra Unida, le costó la dimisión al concejal Víctor Domínguez, responsable del área municipal en la primera etapa del tripartito de izquierdas. El concejal dejó el acta a mediados de 2018, después de que el tripartito saltara por los aires, a consecuencia de adjudicaciones a dedo a un simpatizante de la formación de contratos para el mantenimiento de puntos de compostaje comunitarios y escolares.

Ahora, el PP quiere reactivar el proyecto. Para eso, ultima la adjudicación directa del servicio en una iniciativa municipal que tendrá un presupuesto anual que rondará los 13.000 euros. La idea que está sobre la mesa es que el proyecto se desarrolle en paralelo, aunque con variaciones metodológicas, en los nueve puntos de compostaje: cuatro ubicados en los centros educativos y cinco situados en diferentes en la vía pública. Inicialmente, dos centros más (CEIP Santo Domingo y CEE Lo Morant) se sumaron a la iniciativa, pero ya han decidido no continuar, pidiendo además a la concejalía la retirada de los recintos de sus centros educativos). Así que, finalmente, son nueve los puntos de compostaje que siguen activos. Además, hay otros cuatro centros (Mediterráneo, El Palmeral, Joaquín Sorolla y Santísima Faz) que se unieron a la idea bajo el asesoramiento de la concejalía.

El objetivo del proyecto, según fuentes municipales, es generar experiencias y aprendizajes participativos relacionados con la educación ambiental y el compostaje comunitario como forma de gestión de los residuos orgánicos vegetales que se generan en el conjunto del entorno urbano, para transformarlos en abono.

La idea es que en los colegios se desarrollen hasta siete sesiones a lo largo del curso (una de ellas, sólo para el profesorado): las dos primeras serían de un corte más teórico, mientras que en la tercera se pretende gestionar los residuos de origen vegetal en la compostera del centro educativo. En la cuarta y quinta se llevarían a cabo los volteos del material. Y la sexta sesión se realizaría al final del proceso para el cribado y obtención final del material resultante.

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La última sesión, la séptima, estará destinada al equipo docente que supervisará y ayudará en el proceso de compostaje que realizarán los alumnos, así como al equipo de cocina, que colaborará con el proyecto separando y facilitando la recogida de material vegetal compostable producido en la misma, así como también estará abierta a la presencia de padres de los alumnos que estén interesados.

El proyecto prevé que las actividades en los centros escolares se prolonguen durante cinco meses para así completar su ciclo de descomposición, de principio a fin.

Respecto a los centros de compostaje instalados en barrios de Alicante, cuya gestión han provocado las críticas de asociaciones vecinales como la de El Pla por la falta de inversión municipal, la Concejalía de Medio Ambiente prevé realizar encuentros informativos sobre el proyecto de compostaje comunitario con las diferentes entidades vecinales de las diferentes zonas para fomentar su uso y también del quinto contenedor (marrón). Después se proyectarán talleres de principios básicos de compostaje, sesiones de control semanales del proceso y de volteo y cribado del compost. También está sobre la mesa una sesión adicional sobre una tendencia dentro del compostaje que cada vez está cobrando más importancia y adeptos: el compostaje doméstico. En total, el Ayuntamiento prevé destinar 13.000 euros al año a impulsar un proyecto que nació con el tripartito pero que no ha logrado consolidarse.