La exhumación del féretro de Franco 44 años después de ser enterrado en el mausoleo del Valle de los Caídos relevó ayer en las conversaciones de bares y mercados de la provincia a la situación política y social en Cataluña y puso en evidencia que tanto tiempo después de muerto el caudillo sigue en el centro de la polémica. Este acontecimiento que se escribirá en los libros de historia ha provocado división también entre los alicantinos, con partidarios y detractores, y con críticas a los políticos, a quienes se acusa de maniobrar para enmascarar los verdaderos problemas que tiene el país.

Miles de personas estuvieron pendientes de la televisión, sobre todo temprano. Conforme avanzaba el día se percibía cierto «empacho», como dijo José Ortín, del bar Damasol de Alicante, tras tantas horas para sacar el féretro y trasladarlo a su nuevo lugar de reposo.

«Llevaba enterrado 44 años. Esto es una movida política y electoral del ilustre que nos gobierna», dijo un ciudadano de 65 años de Alicante que prefirió no dar su nombre en alusión al presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez. También Francisca Aguado, conserje de 67 años, se mostró en contra de «remover a los muertos». Lo mismo que Mohamed El Laghmich, que cree que no hay que juzgar a quienes ya no están vivos. El británico Ken O'Neill apuntó que deberían haberlo dejado estar al ser un tema delicado que divide.

La boliviana nacionalizada española Jacqueline Grillo, costurera de 55 años, afirmó que los políticos pretenden «entretener a la gente sacando a un muerto de su tumba en lugar de centrarse en lo que tienen que centrarse». Considera que con estas «tonterías» se pierde tiempo y dinero. «Nadie le está haciendo honores y la mayoría no gasta en ir a verlo. Los políticos le dan una importancia que no merece. Es una cortina de humo para tener a la gente entretenida en lugar de pelear por hechos más importantes». También Rubén Gómez lo ve un gasto innecesario.

A Laura Lillo, educadora de 38 años, le gustaría que se hablara de otra cosa, y no tanto de la exhumación del dictador. No considera que sea un asunto secundario pero cree que no toca en esta época. «No debería haber permanecido allí (el Valle de los Caídos) en ningún momento pero una vez enterrado tendrían que haberlo dejado tranquilo». Sofía Vinuesa piensa que se han reabierto heridas cerradas.

En cambio, Gonzalo Rodado, jubilado de 73 años, dijo que con la exhumación de Franco se hace justicia para miles de personas que fueron represaliadas como un tío suyo que desapareció a los 22 años y de quien nunca más tuvieron noticias. De hecho se llama Gonzalo en su recuerdo. «Estoy a favor de que se le haya aplicado la ley de Memoria Histórica. A mis padres los he visto llorar mucho».

Contó que todo sucedió en Ciudad Real. «La guerra provocó una gran división en la familia entre los que estaban a favor de Franco y los que no, fue un desmadre». Por ello, era partidario de que el dictador saliera de su mausoleo en el Valle de los Caídos, donde yacen más de 33.000 víctimas de la Guerra Civil. «Miles de personas se quedaron en las cunetas y sus familiares no saben dónde están», recordó.

Pese a que nació en 1977, Juan Ginés García, técnico de laboratorio, aplaude la exhumación, que considera que debería haberse hecho durante la transición. Se mostró muy crítico con que una persona no democrática haya estado enterrada en un monumento pagado por todos y cree que se debería haber llevado a un lugar privado hace mucho tiempo, «como se está haciendo ahora, aunque le están dando mucho bombo, sacándole rédito político las dos partes». Al comerciante Víctor Pérez le da lo mismo donde esté enterrado Franco siempre que no sea un lugar público donde la gente pueda llevar flores ni exaltar al dictador.

La izquierda habla de día histórico y la derecha de electoralismo

Los sindicatos consideran que se da el primer paso para restaurar la memoria histórica y reparar a las víctimas

Para los partidos de izquierda el de ayer fue un día histórico y de victoria de los demócratas, mientras la derecha acusó al presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, de utilizar la exhumación de Franco con fines electorales. Los sindicatos coinciden en que se hace justicia y los empresarios creen que se remueven heridas cicatrizadas.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig (PSPV), dijo que el de ayer es un día histórico que pone fin a una situación de ignominia. «El dictador estaba en un espacio de reverencia pública. Forma parte del espíritu constitucional el reparar el derecho de miles de víctimas que no se ha reparado todavía». El también socialista Toni Francés, alcalde de Alcoy, señala que la democracia tenía una deuda pendiente después de 44 años. «Ningún país democrático tiene espacios de homenaje a los dictadores. A partir de hoy España tampoco. Es un acto de reconciliación, justicia y decencia democrática».

Joan Baldoví, diputado de Compromís en el Congreso, considera que arranca una nueva etapa en la que se deberán recuperar por parte de las familias los cuerpos que yacen en las cunetas o en el mismo Valle de los Caídos. «El día en que todas las familias puedan haber recuperado a todos los seres queridos, ese día se cerrará definitivamente una etapa. Entre los cuerpos que deben recuperarse se encuentran 1.200 valencianos que fueron arrancados de su lugar de descanso». El diputado provincial Gerard Fullana dijo que «la lógica democrática llega con 40 años de moratoria. En la Diputación hasta hace tres años Franco era hijo predilecto. Cuesta entender el apego emocional de la derecha española y sus satélites a los símbolos fascistas».

Naiara Davó, de Podemos, cree que es una victoria de los demócratas. «La democracia española es un poquito más fuerte. Sacar a Franco es el primer paso hacia la reparación y la memoria democrática de España. Ahora toca seguir profundizando en la eliminación de cualquier resto de franquismo en nuestras instituciones».

En cambio, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, del PP, cree que Pedro Sánchez ha planificado la exhumación de Franco como «un acto electoral más, en un intento de desviar la atención de los españoles. Es un espectáculo bochornoso. El PSOE sigue empeñado en mirar al pasado y en dividir a los ciudadanos. En el PP dedicamos nuestro esfuerzo a trabajar en los problemas reales y en enderezar el rumbo económico por la desastrosa gestión del PSOE».

La diputada en el Congreso por Ciudadanos Marta Martín recuerda que la dictadura de Franco acabó hace 44 años y cree que Sánchez quería una excusa «para pasarse la campaña igual que ha gobernado: mirando más a Franco, a 1975 y al pasado, más que al futuro y a los problemas de los españoles».

«Esperamos que la buena noticia de todo esto sea que Sánchez deje de hablar de Franco de una vez (...). Cada minuto que perdamos hablando del pasado lo perderemos para hablar de educación, pensiones, empleo, despoblación y de tantos otros asuntos que son los que hoy le están quitando el sueño a millones de familias españolas, y no los huesos de un dictador muerto hace más de 40 años». Manuel Mestre, de Vox, prefirió no hablar del tema.

Sectores económicos

Yaissel Sánchez, secretaria comarcal de UGT en l'Alacantí y les Marines, habla de justicia histórica. «Es el primer paso para la restauración completa de la memoria histórica, porque no solamente es Franco, sino también todas aquellas personas, muchos ugetistas, que fueron asesinadas simplemente por tener el carné de un sindicato o un partido. Hay que dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica y recuperar los cuerpos de las personas que fueron enterradas allí sin el consentimiento de sus familiares».

Consuelo Navarro, secretaria general del CC OO en l'Alacantí-Les Marines, celebró que «por fin el Estado deja de rendir homenaje continuo a un dictador asesino que torturó y reprimió hasta su muerte a miles de personas en este país. No hay futuro posible y verdaderamente democrático si no existe un reconocimiento real de nuestra historia como pueblo, y una reparación a las víctimas».

Juan Bautista Riera, presidente de la Cámara de Comercio, señaló que «sin tener ninguna afinidad con quien se trata, la historia es historia, y cuanto menos se mueva mejor. No podemos ir contra la historia, por buena o mala que sea, y creo que esto es remover heridas que ya estaban cicatrizadas. No lo hubiera hecho ni con Franco ni con otro personaje». Perfecto Palacio, presidente de CEV Alicante, afirmó que no tenían nada que decir de este tema. «Está fuera de nuestro ámbito de actuación».