Nubes de mosquitos invaden las viviendas de Urbanova más próximas al saladar de Agua Amarga en cuanto cae el sol, impidiéndoles abrir las ventanas. Una situación que viven desde el mes de agosto, con los primeros episodios de lluvias intensas y que continuaron con la gota fría de septiembre.

"A partir de las siete y media de la tarde, cuando baja el sol, empiezan a venir. Se llenan los cristales, tenemos que cerrarlo todo. Por la noche me siento a estudiar y enciendo la lámpara pero cada vez veo que son más", señala una vecina de Urbanova 7, el primer bloque del barrio.

"Estamos ahora mi hijo y yo en la terraza y está todo lleno. Un día se me olvidó una rendija de la ventana abierta y todo el techo estaba negro, con más de 200 mosquitos. Son pequeñitos, parece que nunca termina la plaga. Es como si estuvieran criando. La verdad es que están como atontados, es una especie que parece que no pica, pero no es muy agradable porque no podemos abrir las ventanas por el calor o para ventilar", señala.

El portero del edificio echa insecticida por la noche y al día siguiente recoge un recogedor "completamente lleno".

En su caso, pasa la aspiradora por las cortinas y el techo para eliminarlos. "Fumigaron con helicóptero y a los dos o tres días había más. Es una locura. El coche por las mañanas está plagado de mosquitos y de noche se ven columnas de ellos, como si fueran pájaros, al pasar junto al Saladar".

Desde la empresa de control de plagas Lokímica señalaron que estos insectos son quironómidos "que no pican" y que se crían en el fango, pero que no suponen ningún riesgo para la salud pública.