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La lluvia se recibe en el campo como un milagro porque salva las cosechas

La huerta recibe las precipitaciones con sorpresa y alegría tras cuatro meses de sequía - La ausencia de granizo evita que se produzcan pérdidas

Las lluvias han beneficiado los cultivos del Medio Vinalopó. manuel r. sala

La sorpresa y la alegría entre los agricultores desde las comarcas de l’Alcoià, Comtat y Vinalopó hasta la Vega Baja se ha llenado de razones. Unas lluvias abundantes, a lo largo de muchas horas y sin presencia de granizo. Estos tres elementos caracterizaron las precipitaciones dadas en la tarde del martes pero sobre todo en la noche, todo un respiro para la tierra que agonizaba resquebrajada por la sequía. Estas lluvias han sido toda una sorpresa, por darse en pleno agosto y no hacerlo de forma torrencial. Desde Semana Santa no se daban precipitaciones parecidas.

En la Vega Baja, con los primeros rayos del sol cesaban las lluvias. Hasta pasado el mediodía, en la huerta de Rojales, donde han caído 114 litros por metro cuadrado, Formentera y Daya Vieja, los huertos mantenían un palmo de agua. El Síndico Mayor del Juzgado Privativo de Aguas de Rojales, Terencio Huertas, explicaba que «la lluvia ha caído de forma especial y en el momento especial. Si esta lluvia cae 30 días después, hubiese sido una ruina porque se perdería toda la cosecha de los boniatos». Este cultivo representa una de las mayores plantaciones en la Vega Baja, con cerca de 3.000 hectáreas. En este mismo sentido se ha pronunciado Daniel Martínez, técnico del Juzgado de Aguas de Almoradí. «No ha habido daños importantes para ningún tipo de cultivo. Ha sido beneficioso para cualquier cultivo. Lo único que puede haber pasado, pero ha sido de mínima incidencia, es en algún cultivo temprano, como el cilantro, que se estuviese preparando, pero a los demás tipos de cultivo les ha venido genial, a los cítricos y a la alcachofa», comentaba Martínez.

En las comarcas de l'Alcoià y El Comtat también han resultado beneficiosas y muy especialmente para el cultivo de las aceitunas, cuya campaña es inminente. Alberto Llorens, de la cooperativa de Planes explicaba que «nos ha venido muy bien, dado que desde primavera no había llovido prácticamente nada».

En el Medio Vinalopó se registraron entre 35 y 40 litros por metro cuadrado. «Ha llovido de forma intensa y durante muchas horas sin ocasionar daños y sin traer vientos ni granizo. Mejor imposible», comentaba Pedro Rubira, responsable comarcal de Asaja.

En el Camp d’Elx, las lluvias han dado un último empujón a la granada mollar, aunque obligan a retrasar la siembra de los cultivos de invierno.

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