Un informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar (Ministerio para la Transición Ecológica) sobre la calidad del agua del Júcar, de cara a la planificación hidrológica a diseñar para el periodo entre 2021 y 2027, alerta por primera vez, negro sobre blanco, que el agua del Azud de la Marquesa, punto de arranque del trasvase Júcar-Vinalopó, presenta problemas por contaminación química. Aunque el trabajo especifica que «sin presión asociada» -expresión que revela que se desconoce el origen-, la contaminación está relacionada con los pesticidas que llegan al río por los retornos de agua de riego, según denuncia el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante.
En concreto, el documento recoge que el punto «caliente» del cauce del río se localiza entre los azudes de Cullera y La Marquesa. Un problema que sigue enquistado desde hace años y que impide que caudal sirva para el abastecimiento de la población. Hasta ahora, las denuncias de la contaminación habían llegado desde el Instituto Interuniversitario de Geografía tras revisar los análisis de las masas de agua realizados por los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
El problema tiene difícil solución debido a que el caudal del río tiende a disminuir en esa zona debido al cambio climático y, por tanto, a que por el cauce bajará menos caudal. Mientras, el Ministerio tiene completamente descartada la recuperación de la toma de agua de Cortes de Pallás.
La aparición de sustancias peligrosas en el cauce del Júcar no es nueva y los regantes vienen denunciándola desde hace diez años. A finales de enero de 2008 la Junta Central llegó a levantar acta notarial. Entonces se llegó a detectar lindano, elemento químico que fue legal como plaguicida en frutas, hortalizas y plantaciones forestales hasta que se prohibió su venta en España el 18 de febrero de 2002.
El informe se conoce en un momento, además, en el que la falta de agua en el Medio y Alto Vinalopó comienza a debilitar el frente de los regantes contra el Ministerio, y muchas comunidades se plantean ahora, incluso, aceptar el pago de los 70 millones de euros que les exige el Ministerio para desbloquear la llegada del agua del Júcar, lo que subirá su precio a 35 céntimos el m³, una tarifa similar a la del agua desalada.
La sequía sigue castigando a comarcas del Alto y Medio Vinalopó (en enero no se recogió ni una sola gota de agua de lluvia) y, en concreto, afecta a los regantes de la Junta Central de Usuarios, que ve como un año después de presentar el convenio de explotación y tres de negociaciones, todo sigue en el aire, ya que el Gobierno se ha plantado y se niega a firmar si antes los regantes no se comprometen a pagar 70 millones de euros, pactados en 2007 como pago del trasvase. Un acuerdo que saltaría por lo aires meses después cuando el Ejecutivo expulsara a regantes y usuarios del trasvase convirtiendo en usuaria única del agua a la Confederación del Júcar, que, por lo tanto, debiera ser ahora la que afrontara el pago de esa cantidad. Si no hay pago no hay convenio y el trasvase seguirá cerrado.
Esa es la piedra angular del problema con el Ministerio de Hacienda, que se ha cerrado en banda. Aguas del Júcar firmó en el 2007 un préstamo que debían pagar los regantes vía tarifa y que con los intereses alcanza hoy un total de 70 millones de euros. Llegaría después, sin embargo, el cambio de toma del agua y la ruptura del proyecto que provocó que el Ministerio se quedara solo, endosando a la Confederación Hidrográfica del Júcar la condición de usuario único de los caudales del Júcar-Vinalopó. Eran los tiempos de la guerra total que derivó, incluso, en situaciones tan surrealistas como que la sociedad estatal intentara, incluso, buscar socios en Jumilla y Yecla, cuyos regantes son ajenos a los acuerdos. Once años después, nadie ha sido capaz de solucionar el problema.
El Consell medió en agosto de 2018 aprobando una subvención de 800.000 euros para que los agricultores pudieran pagar el riego de socorro de 6,5 hm³ que exigía Acuamed y acabó de llegar en diciembre. Desde entonces no hay agua para regar, aunque en invierno las necesidades son menores. Sin embargo, la falta de agua de calidad y la sobreexplotación de los acuíferos provoca que poblaciones como Elda, Salinas o Monóvar beban agua que se extrae a 500 metros de profundidad.
La planificación hidrológica constituye un proceso que se lleva a cabo a través del seguimiento del plan hidrológico vigente en el Júcar y de su revisión y actualización cada seis años. Este ciclo sexenal está regulado a distintos niveles por normas nacionales y comunitarias que configuran un procedimiento básico, sensiblemente común, para todos los estados miembros de la Unión Europea. En estas circunstancias, el Plan Hidrológico del segundo ciclo (2015-2021) actualmente vigente, deberá ser revisado antes del final del año 2021 dando lugar a un nuevo plan hidrológico del tercer ciclo (2021-2027).
La reserva de agua permite un nuevo trasvase de 38 hm3 del Tajo
La Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo- Segura, reunida anteayer en la sede del Ministerio para la Transición Ecológica, autorizó un trasvase para el mes de febrero de 38 hectómetros cúbicos para atender las necesidades hídricas de las cuencas receptoras.Un trasvase que estaba cantado desde el pasado día 1. El informe de situación, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) y tomado en consideración por la Comisión, indica que a 1 de febrero de 2019, el volumen embalsado en Entrepeñas y Buendía era de 644 hm3, quedando un volumen autorizado en enero pendiente de trasvasar de 28,1 hm3, por lo que resulta un volumen de embalse efectivo de 615,9 hm3, superior al umbral de 597 hm3 que corresponde al mes de febrero.
Por tanto, se constata que el sistema se encuentra en situación de nivel 2 y se procede a la autorización automática de un trasvase de 38 hm3, el volumen máximo que permite la ley. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de visita ayer en la mayor feria de frutas y hortalizas del mundo que se celebra en Berlín, aplaudió ayer el trasvase «que es clave para Elche y la Vega Baja».
Opinión
El Gobierno acaba de descubrir que el agua que sale del Júcar en la toma del Azud de la Marquesa está contaminada por pesticidas. Lo descubre ahora porque quiere, ya que los catedráticos de la Universidad de Alicante Antonio Rico y Antonio Gil Olcina ya lo advirtieron hace una década. Agradezco sinceramente la humildad gubernamental al reconocer el error.
Mariola Sabuco
