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Manuel Ríos: «Los taxistas tienen parte de razón pero no han sabido adaptarse»

El experto en transportes y movilidad ve intereses más que razones en la guerra abierta entre los taxistas y las plataformas de vehículos con conductor

El experto en transportes y movilidad Manuel Ríos Pilar Cortés

En la guerra abierta¿quién tiene razón, los taxistas o las VTC?

Posiblemente ninguno o ambos porque cada uno defiende sus intereses. Lo que ha habido es un fallo en la legislación que ha llevado a esos intereses a enfrentarse. El taxi es un sector regulado por la administración y sobre las VTC no se legisla hasta 2011con el Gobierno de Zapatero. Esta ley da lugar a que se puedan solicitar licencias VTC que en un principio son pocas pero se incrementan tanto que la administración decide no otorgar más. Pero acuden a los juzgados y les dan la razón. En 2013 el gobierno del PP saca una orden que establece que no se pueden sacar más licencias y además pone el límite de una VTC por cada 30 taxis. Pero se siguen solicitando licencias de VTC y los tribunales les siguen respaldando. Al final la alcaldesa de Barcelona sale a regular el tema y el resultado es una huelga en Barcelona, seguida de otra en Madrid.

O sea que el problema es de legislación más que de los actores implicados.

Totalmente. Todos los gobiernos meten la pata en este tema, el primero el de Zapatero, el PP no toma medidas serias después y ahora este gobierno provisional da soluciones provisionales.

Por el momento la decisión es trasladar las competencias a las comunidades autónomas. ¿qué le parece?

Lo del ministro Ábalos es increíble. ¿Cómo se puede traspasar un tema como éste a las autonomías? Ahora sólo falta que éstas se lo pasen a los ayuntamientos y ya tenemos 8.000 normativas distintas cuando las licencias que se han dado son nacionales. Este es un caso claro de competencia estatal. Es el Estado el que debe regular ambos sectores buscando el reajuste de ambos.

Cabify y Uber han amenazado con abandonar Barcelona si sale adelante la regulación que prevé reservas con una hora de antelación y volver a la base entre un servicio y otro, entre otras medidas.

Conviene recordar que Uber y Cabify son cosas distintas aunque se las mezcle y presten el mismo servicio. Cabify tiene trabajadores y empresas que usan su plataforma, mientras que Uber es sólo una plataforma y quienes trabajan sirviéndose de ella son autónomos. De economía colaborativa tienen poco. Se trata de grandes empresas que han sabido aprovechar un vacío legal y canibalizan al sector porque el taxi no ha sabido adaptarse a los tiempos. Dicho esto, no veo muy clara la normativa catalana porque ¿quién va a controlar que se reserve con una hora de antelación?

Dice que el taxi no ha sabido adaptarse a los tiempos, ¿por qué cree que ha sido?

Al ser un sector regulado se conformaban con que los ayuntamientos no dieran más licencias y no tenían una competencia real. No han sabido hacer frente a los tiempos y evolucionar. No se pueden poner puertas al campo ni evitar las nuevas tecnologías porque están ahí y el cliente ahora quiere tocar un botón y tener un coche en cinco minutos, no llamar o ir a la parada. Deberían haber invertido en una aplicación potente porque la que tienen ahora no funciona tan bien como las de las VTC. A todo esto se suma que te encuentras en verano a taxistas con chanclas o con los coches poco limpios. No son todos, pero en las VTC te recoge una persona trajeada con el coche perfecto y sabes lo que vas a pagar de antemano, con lo cual la sensación del cliente es que el servicio es mejor. Tienen su parte de razón en este conflicto, pero deben evolucionar si no quieren que les pase como a los coches de caballos cuando llegó el automóvil.

¿Tienen cabida los dos modelos?

Yo estoy convencido de que sí. Incluso daría más licencias de taxi para que hubiera más competencia y mejoraran el servicio. No hay que perder de vista que son un servicio público necesario. Uber y Cabify no son niños desamparados, son empresas muy organizadas que acumulan miles de licencias con las que intentan chantajear al Estado. Por su parte, los taxistas intentan chantajear a la sociedad con actuaciones como las del otro día intentado paralizar Fitur.

Otro problema son los precios de las licencias de los taxistas.

Sí, y no debería serlo. Por una licencia pagas los 30 euros o los que sean del trámite administrativo. Si pagan 100.000 euros por una será que lo vale a precio de mercado. Pero yo creo que deberían volver al Estado para que éste las vuelva a conceder.

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