El jefe de Bomberos de Alicante, el vasco Eduardo Aragolaza, ha presentado hoy por escrito su renuncia al cargo que ocupa desde mediados de diciembre de 2015. En esa fecha llegó, procedente de Vitoria, como fichaje del entonces alcalde socialista, Gabriel Echávarri.

La renuncia de Aragolaza, de 59 años, tiene fecha de ejecución del próximo 5 de febrero, dos meses antes del momento previsto para su jubilación, según ha confirmado el todavía jefe de Bomberos de Alicante. Aragolaza regresará en algo más de dos semanas al Parque de Bomberos de la ciudad vasca, a la espera de jubilarse definitivamente. "La renuncia es por motivos estrictamente personales", ha explicado el cargo de confianza, quien ha confirmado su renuncia al cargo en la capital alicantina.

Apenas un mes antes de llegar a Alicante, Aragolaza renunció a su cargo de procurador en las Juntas Generales por Podemos. Ya con Aragolaza fuera de la política activa, el Ayuntamiento de Alicante decidió a finales de 2015, medio año después de que el tripartito llegara al poder, traerlo al Parque de Bomberos de Alicante. Eduardo Aragolaza, que llegó a Alicante tras ser subjefe de Bomberos de Vitoria-Gasteiz, se puso a finales de diciembre al frente del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) de Alicante.

El entonces concejal de Seguridad, Fernando Marcos, destacó el perfil "organizativo" del nuevo jefe de Bomberos. El nombramiento de Aragolaza fue el primer movimiento para reordenar el organigrama del Cuerpo, que quedó descabezado tras la decisión del tripartito de relevar al anterior jefe de Bomberos, Carlos Pérez, el pasado mes de octubre. Pérez apunta como el sustituto de Aragolaza al frente del Cuerpo de Bomberos de Alicante.

Según el edil socialista en su etapa como responsable del área de Seguridad, se había ido "parcheando de manera provisional" la estructura del servicio. Aragolaza es ingeniero técnico industrial, con especialidad en química y materias peligrosas, y llegó a Alicante con experiencia reorganizando servicios.

Durante estos tres años al frente del Cuerpo de Bomberos de Alicante han sido continuos los enfrentamientos con los sindicatos. El último surgió tras la compra de un camión auto-escalera, valorado en 745.000 euros y criticado por los sindicatos por las dimensiones de la cabina en la que no cabe el tercer bombero.