El asesino de la joven vasca Yolanda González, a la que el 1 de febrero de 1980 asestó dos disparos en la cabeza ante la creencia de que pertenecía a ETA, puede que no sea el perfil más idóneo para un perito en un juicio por asesinato, el de María del Carmen Sala, la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala con cuya vida acabaron del mismo modo (dos tiros en la cabeza) en las instalaciones de un negocio familiar regentado por su yerno Miguel López, único sospecho de su muerte.

Así lo entiende el fiscal del caso quien, de acordar el instructor que un jurado popular juzgue este crimen (lo que se decidirá en la primera quincena de enero), cuestionará ante el magistrado que presida al tribunal el valor del informe elaborado a instancias de la defensa de López sobre el teléfono móvil de la víctima. Un trabajo que firman Luis Enrique Hellín (se cambió el nombre de Emilio en 1996 tras su salida de prisión, donde cumplió 14 de los 43 años a los que fue sentenciado por la muerte de Yolanda) y por su hijo Jesús Hellín Asencio, condenado también en 2011 en la Audiencia de Madrid por un delito de abusos a una niña amiga de sus hijos.

Ambos fueron designados peritos judiciales a propuesta de la defensa de Miguel López, el letrado Javier Sánchez-Vera, para realizar un estudio del móvil de María del Carmen que concluye que la aplicación de su WhatsApp se activó a las 18.55.23 horas del 9 de diciembre de 2016, el día que fue asesinada, cuando la llamada al 112 avisando de la existencia de una mujer ensangrentada está registrada 22 segundos antes. La autopsia fija su muerte a las 19 horas.

Cambio innecesario

Hellín Moro y su hijo son los responsables de la empresa Net Computer Forenciscs radicada en Madrid. Desde allí vinieron en diciembre del año pasado a Alicante para ratificar en sede judicial el contenido del informe realizado y firmado por ambos. No obstante, en el escrito de defensa, Sánchez Vera plantea que, por jubilación de Luis Enrique, quien asista la vista oral sea Jonatan Hellín Rodríguez, perteneciente a la misma empresa y, a juzgar por el apellido, familiar de los dos peritos titulares.

Un cambio que, de no inadmitirse el informe, no ve necesario el Ministerio Público, quien también ha solicitado la declaración de los dos peritos autores del mismo, petición en la que se mantendrá pese al cambio anunciado por la defensa. Fuentes del Ministerio Público no consideran un impedimento el hecho de que Hellín esté jubilado para que acuda a la vista oral a exponer y someterse a las preguntas de un trabajo que él ha realizado.

«Coartada imposible»

Desde la defensa de Miguel López declinaron pronunciarse acerca de la contratación de dos peritos con el perfil de Hellín Moro y de su hijo como tampoco ha querido hacerlo el abogado Francisco Ruiz Marco, que ejercita la acusación particular en nombre del hijo mayor de María del Carmen.

Sobre lo que sí se expresó este letrado fue respecto al propio dictamen pericial, del que dijo que «es un informe al servicio de una coartada imposible, pues sostiene que la víctima estaba utilizando el WhatsApp a las 18.55 horas, cuando la defensa dice que fue justo el instante en que se produjeron los dos disparos. Pues bien, ni esos dos, ni un ejército entero de peritos podrán explicar jamás cómo es posible que, si la víctima recibió los disparos mientras tenía el teléfono en sus manos, apareciera éste perfectamente guardado dentro del bolso que, por cierto, estaba situado en el asiento del copiloto. Sencillamente, imposible. Por tanto, el informe de los señores peritos no parece muy relevante», sentenció Ruiz Marco.