Saber cómo discurrieron las visitas que realizó la edil Nerea Belmonte acompañada del entonces asesor del PP Miguel Ángel Redondo y el papel que jugó en estos contactos el fichaje de los populares. Eso es lo que pretende averiguar el teniente fiscal de Alicante, José Llor, en la investigación que está llevando acerca de las circunstancias que rodearon la contratación de Redondo. Unas pesquisas que se iniciaron tras la denuncia presentada en la Fiscalía por la oposición en pleno que considera la incorporación del ahora exasesor al grupo municipal del PP el pago a la concejala tránsfuga que con su voto blanco propició el cambio de la Alcaldía del PSOE a la formación conservadora.

El fiscal ha pedido que se identifique a las personas a las que visitó Belmonte acompañada de Redondo, a quienes previsiblemente tomará declaración para conocer los detalles de los encuentros y, sobre todo, saber en calidad de qué la acompañaba el exaseror.

Dos días antes de denunciar

Una de estas visitas se produjo solo dos días antes de que la edil acudiera a la Fiscalía a declarar por la supuesta compra de su voto «por parte de la izquierda», algo que desveló en el primer pleno de Barcala como alcalde.

El 22 de mayo Belmonte visitó las instalaciones de la Policía Local en Babel en compañía de Redondo, quien en esa fecha llevaba una semana a sueldo del Ayuntamiento de Alicante supuestamente adscrito a la concejalía de Infraestructuras. Su responsable, Israel Cortés, y el jefe de Gabinete de Barcala, de quienes Redondo dijo que recibía las órdenes, ya han declarado por estos hechos como testigos.

Además de este contacto, concejala y asesor realizaron también visitas a instituciones benéficas y a un polideportivo de la zona Norte. En esos encuentros, el que fuera personal de confianza de Barcala (quien le despidió tras revelar este diario la asistencia que le estaba prestando a Belmonte) se presentaba como asesor de la edil y además aseguraba que trabajaba para «rehabilitar la imagen» de la tránsfuga, según testigos de las reuniones.

Redondo se convirtió durante el mes que estuvo en el cargo en uno de los dos únicos asesores del PP, del total de 15 (dejando al margen los puestos incluidos en la Relación de Puestos de Trabajo, como jefe de Gabinete, de Prensa o de Protocolo), que disponía de jornada completa con un salario de 2.500 euros al mes.

Según Barcala, su asesor se dedicaba a «peinar» la ciudad y empezó a trabajar para el equipo de gobierno porque se ofreció tras el cambio al frente de la Alcaldía. Sin embargo, Redondo negó que el primer paso saliera de él, afirmando que el PP le contrató.

Según declaró el exdirigente socialista Ángel Franco en el marco de la investigación que fiscal Felipe Briones acaba de envíar al juzgado por la supuesta compra del voto al ver indicios de delito, Redondo había comentado en diferentes ámbitos de la ciudad que era amigo de Elsa Martínez, asesora de Belmonte, y que le habían contratado gracias a ella para rehabilitar la imagen de la edil.