La provincia no está entrando de lleno este año en los planes de las mafias que a través de barcos nodriza salpican las costas de pateras, pese a que en España se ha triplicado la llegada de inmigrantes por mar. Al menos por ahora. Hasta el 15 de septiembre han llegado 79 personas en 12 pateras, dos de ellas el pasado sábado con 15 inmigrantes en Altea y Alicante. Casi la mitad que en el mismo periodo de 2017, cuando hubo 17 embarcaciones con 130 migrantes. Una bajada del 40% que por el momento es provisional, ya que 2017 batió todos los récords y entre octubre y noviembre se vivió una avalancha con 231 inmigrantes en 29 pateras, aprovechando el buen estado de la mar, hasta cerrar el año con 54 embarcaciones y 384 personas.
Esta bajada en el litoral alicantino no se corresponde con lo que está ocurriendo en el resto de España, sobre todo en Andalucía y Canarias, ya que hasta mediados de agosto se triplicaba a nivel nacional la llegada de pateras registradas en el mismo periodo de 2017, que ya fue también de récord. La provincia por ahora está escapando de esta avalancha, al igual que Murcia.
Un posible repunte de este fenómeno de aquí a final de año depende del estado de la mar y de las mafias, ya que son las redes de tráfico de seres humanos las que deciden las vías de entrada en función de sus intereses. Y tras las pateras de Alicante y Murcia todo apunta que se sitúan los barcos nodriza, tal y como sostiene la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante.
Por ello, pese a que por el momento la llegada de inmigrantes está siendo limitada en Alicante y Murcia, en comparación con 2017, las autoridades no descartan que esta situación pueda cambiar de aquí a final de año. Un barco nodriza puede provocar desde alta mar y en una sola jornada un aluvión con media docena de pateras y 50 o 70 inmigrantes, salpicando la costa de pequeñas barcazas, tal y como ya ha sucedido en varias ocasiones, sobre todo el año pasado con varios episodios, y también a finales del pasado julio, cuando se localizaron cinco pateras con 45 personas. Lo que nunca se ha logrado es atrapar una de estas embarcaciones que se encargan de diseminar las pateras.
Además, hay que recordar que si hasta el 15 de septiembre de 2017 alcanzaron las costa alicantinas 130 personas, en los dos meses y medio posteriores, hasta finales de noviembre, llegaron 254 personas, 230 de ellas solo en octubre y noviembre, lo que disparó las cifras triplicando las de 2016, cuando ya se fijó un record en este tipo de fenómenos migratorios en la provincia.
Según los datos de Cruz Roja, en 2018 han realizado 10 intervenciones por la llegada de pateras a Calp, Altea, Alicante, La Vila, Elche y Benidorm con un total de 79 personas atendidas, todos varones. De ellos, 17 afirmaban ser menores. El perfil mayoritario es argelino, de entre 18 y 40 años, y los menores no suelen bajar de 16 años. Además, se tiene constancia de otras dos pateras que fueron localizadas vacías, desconociéndose el número de migrantes que podrían haber tomado tierra.
