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Para que no se repita el caos de este curso

Marzà elimina el blindaje de interinos por dos años

Educación prevé establecer dos procesos separados para asignar las plazas de los interinos y las de quienes aprueben la oposición

Protestas y reclamaciones de los interinos ante la sede de Educación en Alicante. rafa arjones

Las protestas y centenares de recursos interpuestos por los profesores interinos afectados por el caos en la asignación de plazas para el inicio del curso no han caído en saco roto. La Conselleria de Educación ha decidido finalmente suprimir la polémica medida que permitía a los interinos repetir centro y que ha supuesto el blindaje de dichos puestos, provocando de rebote una alteración de las bolsas de trabajo porque otros interinos con más antigüedad no han podido pedir esas plazas que se han quedado docentes con peor posición en bolsa.

Esta opción no se llevará a cabo ya para el curso que viene, tal y como asevera a preguntas de este diario Miguel Soler, secretario autonómico y número dos de la conselleria que dirige Vicent Marzà. Los responsables educativos admiten que el caos que ha originado la repetición voluntaria de centro combinada con las oposiciones para 3.000 maestros sería mucho mayor el curso próximo, en que la oferta de plazas de oposiciones será de 5.000 para Secundaria.

El secretario autonómico lamenta que esta opción no haya recibido los parabienes del colectivo de interinos, pero lo que realmente asevera que ha echado para atrás a la conselleria, que ya no la ejecutará el año próximo, es el escaso éxito que la medida ha tenido a la hora de procurar una mayor estabilidad de las plantillas, objetivo que se había marcado el Consell al aprobar la reserva de estas plazas.

«Que un profesor continúe dos años en el mismo puesto siempre va en beneficio de los alumnos y las medidas que buscamos se dirigen siempre a mejorar la enseñanza», subraya Soler.

Los resultados que ha tenido esta medida en la práctica resultan desoladores, porque apenas 291 interinos de Infantil y Primaria han optado por mantenerse en el mismo puesto, frente a los 3.000 que lo han hecho en Secundaria, donde no había concurso-oposición de plazas.

Con los datos en la mano resulta evidente para la Conselleria de Educación que «con una oposición, la reserva de plaza se desvirtúa». Por este motivo «deja de figurar este requisito, y los que han cogido plaza para el inicio del curso la tienen solo para un año», subraya este responsable.

La relevancia de la medida se ha concentrado en las plazas vacantes en los institutos, pero como el año que viene las oposiciones son en Secundaria «se acaba con esta polémica, cuyo único motivo era la estabilidad. Valorando ventajas e inconvenientes se ha visto claro que juntarla con oposiciones no es positiva. Se retira y punto. No hay que empeñarse en nada porque sí», puntualiza Soler.

No obstante, como el objetivo «irrenunciable» de Educación es aumentar la estabilidad de las plantillas, tal y como sopesa el secretario autonómico, desde el departamento que dirige Marzà tienen previsto plantear a los sindicatos de enseñanza otro tipo de medidas. Los cambios que se plantean podrán estar relacionadas con las plazas que más cuesta que ocupe un interino, las que se denominan de difícil cobertura por su localización -entre ellas, las de centros en la Vega Baja-; o bien con la separación de los procesos de asignación de plazas para quienes aprueben las oposiciones y para los interinos; o con algún tipo de ventaja para los docentes interinos de más edad y con más años trabajados.

«Hay que seguir buscando porque la estabilidad de las plantillas docentes es un tema pendiente», subraya Miguel Soler. Así, las denominadas plazas de difícil cobertura podrían, por ejemplo, dar más puntos a la hora de los concursos de traslados porque nadie las quiere. «Pueden tener un incentivo para que garanticen la continuidad durante tres o cuatro años por ejemplo. Hay que estudiarlo», sugiere el número dos de Educación.

En la misma línea cita el caso de las comisiones de servicio, sobre las que apunta que bien podrían concederse por dos años, pero siempre de forma voluntaria. Es otra de las opciones que se barajan desde el departamento de Marzà. «Señalaríamos las plazas con asteriscos y de forma pública y bien visibles para todo el mundo», aclara Soler tratando de huir de antemano del caos generado con la asignación de plazas este año, al combinar la oposición y la reserva de puestos.

Cuestionado sobre los errores señalados por los interinos afectados en la actual bolsa de trabajo, el secretario autonómico se compromete a que los servicios jurídicos de la conselleria resuelvan las incidencias antes de que finalice este mes de agosto, de forma que de cara a la adjudicación de plazas prevista para los primeros días de septiembre «puedan estar resueltas». Soler prefiere que no se tenga que ir a los tribunales «y quede resuelto por el servicio jurídico. Salvo que se llegue a tiempo de corregir antes de publicar las listas, no hay más remedio que presentar recurso», lamenta.

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