La inmensa masa de cañas que desde hace tres años invadía el barranco de Agua Amarga, en la salida sur, ya no existe. En una actuación que prácticamente está en su fase final, el Ayuntamiento ha arrancado toda esta capa de vegetación tras recibir numerosas quejas de vecinos de los barrios más próximos y desde la misma fábrica de aluminio Aludium, cuyas instalaciones están junto al cauce, por el riesgo de que los cañizos pudieran tapar la salida del agua hacia el mar en caso de lluvias fuertes y provocar una riada.

El Ayuntamiento estudió las peticiones pese a que en principio la gestión de los barrancos es competencia de las confederaciones hidrográficas, en el caso de Alicante, del Júcar. «En el tema de los barrancos que discurren por casco urbano hay cierta confusión legal. Hay sentencias que dicen que la competencia de mantenerlos limpios corresponde a los ayuntamientos, mientras que otras van por otra línea», explicaron ayer fuentes municipales.

«Existe una reclamación histórica con este barranco y estaba bastante mal. El Ayuntamiento pidió permiso a la Confederación Hidrográfica para actuar ahí y hemos procedido a limpiarlo para minimizar el riesgo de incendios y de inundaciones». Esta actuación se enmarca en el plan de desbroce que puso en marcha en mayo la Concejalía de Medio Ambiente que dirige el edil popular Israel Cortés, y el departamento de Parques y Jardines.

Un plan que incluye la limpieza de alcorques de más de un centenar de calles en Alicante y en las pedanías, «para velar por la seguridad de los ciudadanos con respecto a la prevención de incendios, pero también para mejorar la seguridad vial y la visibilidad del tráfico. El último fin pero no menos importante es mejorar la imagen de la ciudad de Alicante de cara al verano y la limpieza». dijo en mayo el edil Cortés, que anunció que también se limpiaría el barranco y todo a coste cero dentro de lo estipulado en la contrata de limpieza.

La última vez que se saneó el barranco, dejando una salida despejada hacia el mar, fue en noviembre de 2015, cuando el Ayuntamiento asumió también la actuación con un gasto, entonces, de 14.000 euros. El tripartito que llevaba el gobierno local asumió la limpieza pese a entender que la competencia era de la Confederación del Júcar. Los técnicos municipales recomendaron incluso a la fábrica de aluminio Aludium que levantara un muro para proteger la factoría de las avenidas al estar situada junto al cauce. Ayer, desde la fábrica se congratulaban de la rápida reacción esta vez a la hora de retirar las cañas que taponaban la salida del barranco de Agua Amarga pues estaban muy crecidas y apenas quedaba espacio para evacuar el agua por el puente que queda debajo de la avenida de Elche.

La insistencia de los vecinos y de los trabajadores de Aludium, que llegaron a recoger firmas, ha sido clave para que el mantenimiento sea más frecuente, pues viven permanentemente preocupados por el riesgo anual de inundaciones. En 2015 el comité de empresa fue muy crítico con la Confederación por gastarse aquel año 2,2 millones en acondicionar cauces, olvidándose de este barranco del sur de Alicante que se inundó en la riada de 1982. Un año antes, el Síndic de Greuges instó también a su limpieza.