Mi querido hijo:

Han pasado tres años, tres largos años desde que nos dejaste, pero no ha pasado un segundo sin echarte de menos y sin que estés presente en nuestro corazón. Cada día que pasa espero despertar de esta pesadilla y que estés aquí. Pero no tengo más remedio que conformarme y seguir viviendo.

Mi más profundo deseo es que en tu corta vida hayas sido feliz, ya que hay personas que con una vida longeva no llegan a encontrar la felicidad. Tú significabas eso: felicidad, alegría, amor, esperanza? «Todo va a ir bien?», palabras con las que siempre me animabas.

Todo esto trataremos de transmitirlo a tus queridos hijos, para que no olviden cómo eras, tu esencia, generosidad y el valor de ser ante todo buena persona con los demás.

Hay muchas personas que te quieren y recuerdan, por eso, el próximo día 4 de agosto, a las 20.00 horas, nos reuniremos en el campo de fútbol de San Blas para recordarte en un lugar donde has sido muy feliz haciendo lo que más te gustaba: jugar al fútbol. En tu querido barrio y rodeado de tus amigos (Gustavo, gracias de todo corazón) y a todos los que habéis respondido a este proyecto con toda la ilusión y emoción que supone encontrarnos de nuevo.

Gracias anticipadas y un gran abrazo para todos los que queréis y recordáis a Claudio. Sin duda el mejor legado es la gente que te recuerda.