Muchos exportadores pero pocas ventas. Así podría resumirse el estado actual del sector exterior en la provincia de Alicante a tenor de los últimos datos del ICEX, que relegan a la provincia al puesto 18 entre las demarcaciones con mayor volumen de envíos al extranjero a pesar de ser la quinta en PIB. Una situación que tiene mucho que ver, según los expertos, con el reducido tamaño de la mayoría del tejido productivo de la zona, que lleva a que existan muchas firmas que venden al exterior pero muy pocas que realmente alcancen facturaciones significativas.
Tanto es así que prácticamente la mitad de todas las exportaciones alicantinas dependen exclusivamente de lo que hagan un centenar escaso de empresas, según los registros del citado organismo público. Unas compañías que, para ser exactos, fueron las responsables del 48,4% de los 5.125 millones de euros que la provincia vendió al exterior el año pasado y del 49,7% de los 1.839 millones que se contabilizaron entre enero y abril de este ejercicio.
Una situación nada halagüeña para Alicante, que desde finales de los años noventa ha ido perdiendo peso relativo en el conjunto de las exportaciones españolas y no porque sus ventas haya descendido -sólo lo han hecho en ejercicios puntuales, como 2008 y 2009-, sino porque los demás lo están haciendo mejor y han elevado más su facturación, según apunta el jefe del Área de Internacional de la Cámara de Alicante, Luis Ferrero. Entre otras, con exportaciones de mayor valor añadido, otra de las asignaturas pendientes de la provincia.
Un análisis en el que también coincide el director de Estudios de Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Francisco Llopis, que recuerda que el año pasado la provincia fue la séptima por la cola en incremento de su volumen de exportaciones, con apenas un 0,27% de mejora frente al 8,9% de la media nacional.
Pocos exportadores regulares
En cualquier caso, la realidad actual del sector exterior alicantino es fiel reflejo de la atomización empresarial que registra la provincia. De esta forma, el año pasado hasta 7.844 empresas de la zona lograron vender sus productos al exterior, con lo que Alicante concentró el 4,9% de todos los exportadores españoles. Sin embargo, los 5.125 millones de facturación que obtuvieron apenas representan el 1,9% del total de exportaciones españolas. Un desequilibrio que se entiende mejor si se tiene en cuenta que, de ese total de exportadores alicantinos, apenas un tercio -2.645- son exportadores habituales, lo que significa que realizaron tratos en el extranjero al menos durante cuatro años seguidos; y que sólo un 17,8%, además de exportar habitualmente, facturaron más de 50.000 euros con sus envíos a otros países.
El resultado de todo esto es que mientras que el exportador medio nacional logra unas ventas de 1,7 millones de euros, el alicantino apenas alcanza los 653.400 euros, según los datos del ICEX.
Para el director de Estudios de Ineca todos estos datos demuestran que «es necesario incrementar el tamaño empresarial, ya que es una premisa esencial para abordar tanto procesos de comercio exterior como de innovación productiva y de procesos, sin olvidar la consiguiente profesionalización de las plantillas».
Poca colaboración
En la misma línea que el anterior, el responsable del Área de Internacional de la Cámara recuerda que una gran parte del tejido empresarial de la provincia lo componen pymes de carácter familiar que, muchas veces, no disponen de los recursos necesarios para afrontar estos procesos de apertura al exterior. «Si la misma persona tiene que vender en el mercado nacional, atender la contabilidad y buscar clientes en el exterior, está claro que no va a llegar», apunta el experto.
Para salvar estos escollos desde las administraciones se intentan fomentar las alianzas entre pymes o los consorcios de exportación pero el problema es que este tipo de asociacionismo tiene poco arraigo en Alicante donde «la mayoría de empresarios son bastante individualistas y no les gusta eso de buscar un socio y perder libertad».
En cualquier caso, Luis Ferrero también recuerda, por ejemplo, que las estadísticas del ICEX sólo recogen las exportaciones de productos físicos por lo que no contabilizan la facturación de servicios que pueden estar realizando las compañías de la nueva economía que se dedican a la asesoría o que ofrecen otro tipo de prestaciones. Además, señala que las grandes empresas que concentran la mayoría de exportaciones también sirven de motor de tracción para otras firmas de la zona, que ejercen de proveedores.
