El tejido empresarial de la provincia de Alicante tiene un problema, y es el poco interés y las pocas facilidades que tienen las firmas para crecer. Una circunstancia, apuntan los expertos, que se ve agravada por la falta de inversiones de las administraciones estatal y autonómica, que pueden llevar a la provincia a dejar de estar entre las que más aportan al Producto Interior Bruto (PIB).

Según los registros del Directorio Central de Empresas (Dirce), del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de las mitad de las empresas de Alicante, el 54,2%, no cuentan con ningún asalariado, y el 28% tienen de uno a dos empleados. Esto quiere decir que más del 80% de las mercantiles que a día de hoy están activas en la provincia son pequeñas empresas, que, según la opinión de los expertos, deberían replantearse su futuro y ampliar sus miras para contribuir a que esta zona de la Comunidad Valenciana cuente con un tejido empresarial mucho más solido.

En la actualidad el Instituto de Estudios Económicos Provincia de Alicante (Ineca), de hecho, alerta de que existen tres o cuatro provincias en España con posibilidad de adelantar a Alicante en el ránking de aportación al Producto Interior Bruto. Así lo reconoce también la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa de la Provincia de Alicante (Cepyme). De hecho, el presidente de Cepyme, Cristobal Navarro, asegura que, si Alicante pierde posiciones en el ránking nacional, ahora ocupa el quinto puesto, «esto traerá lamentables consecuencias».

Por eso, desde la patronal de las pequeñas y medianas empresas, consideran que es totalmente imprescindible que las administraciones públicas atiendan los requerimientos de las pymes para cuidar un entorno empresarial que supone, aproximadamente, dice Cristobal Navarro, el 75% del mercado laboral.

«No es posible que la provincia de Alicante esté adelantada por más de treinta provincias en inversiones de las administraciones», añade el presidente de la Asociación de Empresas de Servicios de Elche y Comarca (Aesec), José Rizo, que considera que la mayor parte del tejido empresarial de la provincia no está compuesto por pymes, sino por micropymes, que son las que tienen entre uno y diez empleados. Atendiendo a este razonamiento, el 95% de las empresas activas según el Directorio Central de Empresas del INE serían micropymes, y sólo el 1,7% pymes, que serían las firmas que tienen entre 10 y 200 asalariados.

Contratos temporales

En la actualidad, la provincia cuenta con un total de 135.480 empresas activas, según el último dato aportado por el Instituto Nacional de Estadística. De éstas, 73.497 no cuentan con ningún asalariado, por lo que se trata de autónomos que sacan adelante en solitario sus negocios, o echando mano de contratos temporales, a veces de semanas o días, para atender los encargos que puedan realizar los clientes. Este es el caso de Jesús Sánchez, un emprendedor de Elche que cuenta con un negocio dedicado a la pintura y la decoración. Este empresario apunta que, en función de la carga de trabajo que tiene en cada momento del año, echa mano de uno a tres trabajadores eventuales, ya que el volumen total del negocio, añade, «no me da lo suficiente como para tener a personas con contrato indefinido. Tengo que trabajar por proyectos».

El problema de estas micropymes es que el empresario se tiene que ocupar de todo lo relacionado con la gestión, además de prestar el servicio a los clientes. Al final, reconoce Jesús Sánchez, «nos pasamos todo el día trabajando, porque siempre hay asuntos que atender, y no pueden esperar».

Desde la Universidad Miguel Hernández (UMH) indican que la radiografía del tejido empresarial de la provincia se mantiene estable durante los últimos años, arrastrando la misma situación que hay actualmente, con empresas pequeñas y muy pequeñas, y que esto debería llevar a los empresarios a replantearse el futuro para poder crecer y aportar más riqueza al entorno.

Con entre 500 y 999 empleados en la provincia de Alicante solo hay 20 empresas, y con entre 1.000 y 4.999 asalariados hay un total de nueve firmas. Con más de 5.000 personas trabajando no hay ninguna actividad económica en la provincia de Alicante.

El catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Miguel Hernández de Elche José María Gómez Gras advierte de que en la provincia, en materia de crecimiento empresarial, «está todo por hacer».

Desde la Universidad apuntan como un hecho negativo que en los últimos años no se haya apostado por el crecimiento de las empresas, y que la radiografía del tejido mercantil se haya mantenido estable, sin ningún tipo de mejora, pese a que continuamente se está poniendo sobre la mesa la necesidad de adoptar un nuevo modelo productivo.

Para que haya un cambio, sostiene el catedrático de Organización de Empresas, se tiene que actuar en todos los sectores, y en todas las empresas, para que la transformación sea global y no se quede en algo anecdótico.

Uno de los factores que se consideran determinantes para entender por qué en la provincia se sigue apostando por las micropymes es por el alto grado de individualismo de los empresarios, que no se atreven a apostar por proyectos conjuntos, en los que cada uno aporte lo mejor que tenga, para constituir empresas de mayor tamaño y con estrategias enfocadas al crecimiento.

Cambio de cultura

Hace falta una reflexión sobre cuál es la evolución de las empresas, apunta José María Gómez Gras, que considera que «las empresas tienen minas, pero no disponen de tiempo para descubrirlo». Por eso, sostiene que es necesario adoptar un cambio de cultura, sensibilidad y estrategia empresarial en la provincia que permita afrontar el futuro con el objetivo de crecimiento.

Los expertos insisten en que en Alicante hay muy poca política de fusión de empresas, que sería lo más deseable para que el tejido ganase tamaño. «Si quieres ir rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado», dice José María Gómez Gras, que reconoce que las empresas pequeñas no cuentan con recursos suficientes para crecer, pero si se unen pueden desarrollar estrategias enfocadas hacia este objetivo. El individualismo, no obstante, es uno de los principales hándicaps del tejido empresarial de la provincia de Alicante.

Por otro lado, los expertos consideran que las empresas no han aprovechado todo el potencial de las nuevas tecnologías para mejorar sus negocios y tener mayor posibilidad de crecimiento.

De esta forma, se apunta a la innovación como una de las reglas esenciales para que las firmas puedan ganar tamaño, pero, al final, sostienen los analistas, lo que hace falta es un trabajo conjunto, en el que se impliquen todos los sectores, para tirar a la vez de un tejido que puede crecer para seguir a la cabeza estatal.