Una parte de los menores no acompañados que viajaban a bordo del «Aquarius» comenzaron ayer a comparecer ante la Fiscalía de Alicante, ciudad a la que fueron llevados todos los migrantes que dijeron ser menores de edad.

El fin de estas pruebas es determinar si los 61 chicos y chicas de 16 y 17 años de edad que llegaron a bordo del buque humanitario el pasado domingo tienen verdaderamente la edad que aseguran. Así, los fiscales de Menores recibirán hasta el próximo martes a los jóvenes sobre los que pueda existir algún tipo de duda.

Las pruebas solicitadas por los forenses para determinar la edad incluyen radiografías del carpo, la clavícula y la mandíbula. Según explicó la consellera de Justicia, Gabriela Bravo la semana pasada, estas pruebas son necesarias para determinar la edad exacta de estos chicos, ya que su situación jurídica varía si se trata de menores de edad.

Para evitar el desplazamiento de los menores hasta el centro de salud que les correspondería, se montó un pequeño centro de salud en el centro en el que están ingresados. Allí se les están haciendo las analíticas pertinentes y vacunándoles. Según ha podido saber este diario, el pasado domingo una decena de menores fueron trasladados al Hospital General de Alicante al presentar síntomas de deshidratación o patologías que requerían de asistencia sanitaria.

De hecho, una veintena de los jóvenes que fueron sometidos a estas radiografías óseas desde el pasado martes en un centro hospitalario de Alicante resultaron ser mayores de edad. Concretamente, de 20 años.

Estas veinte personas serán trasladadas a la Ciudad de la Esperanza, situada en Aldaia. Este es un centro de atención integral dirigido a quienes se encuentren en riesgo de exclusión social que actualmente cuenta con 164 residentes, de los cuales 110 son refugiados de 36 nacionalidades distintas.